HomeopatíaPseudomedicinas

Breve introducción a la homeopatía

clip_image001Orígenes y fundamentos.

La homeopatía vio la luz en Alemania a principios del 1800 y su creador fue el médico Samuel Hahnemann. En esa época la práctica de la medicina era bastante brutal. El uso de venenos y toxinas era moneda corriente y era tan común que los pacientes murieran por sus enfermedades como por su tratamiento. Hahnemann comenzó utilizando estos venenos pero cada vez en menores dosis. No es de sorprender que sus pacientes mostraban mejores resultados que los tratados, por ejemplo, con 50g de antimonio. En otras palabras, confundió el dejar de envenenar a sus pacientes con curarlos.

La homeopatía se basa en 2 principios básicos: la ley de los similares y la ley de los infinitesimales. La primera dice que una substancia que causa un conjunto de síntomas en una persona sana, cura esos mismos síntomas en una persona enferma. La segunda dice que para que la curación tenga efecto, la substancia activa debe ser diluida y que cuando más se la diluye, más potente es. Los homeópatas rutinariamente utilizan preparados “30C” (1 parte en 1060), un grado de dilución tal que es virtualmente imposible encontrar siquiera una sola molécula de la substancia original. Hahnemann fue un contemporáneo de Avogadro (quien propuso su famoso número en 1811) y no parece que lo haya conocido. En cualquier caso, la teoría atómica no estaba tan en uso como actualmente por lo que no resultaba tan extraordinariamente imposible que una substancia diluida hasta tal punto pueda aún tener un efecto. Es curioso, sin embargo, que en una carta de 1829 Hahnemann reconoció este problema; en sus propias palabras “Tiene que que haber un límite; no puede seguir hasta el infinito”.

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