¿Qué es una pseudociencia?

Masaru Emoto
Ejemplo de pseudocientífico

Una pseudociencia es una disciplina, determinada por un conjunto de prácticas, creencias, conocimientos y metodologías no científicos, pero que reclaman dicho carácter. Algunos ejemplos son: la astrología, la homeopatía, la ufología, el psicoanálisis, el feng shui, el tarot, la numerología, la parapsicología, etc. (Hay disciplinas que no tienen base científica pero tampoco la reclaman implícita ni explícitamente, por lo cual no las consideramos pseudociencias.)

Muchos pensarán que el debate en torno a la caracterización formal de una disciplina debería quedar en el terreno de los filósofos y pensadores. En la práctica, sin embargo, nuestra sociedad respeta aquellos conocimientos y métodos que tienen visos de ciencia, y no conocer la diferencia entre ciencia verdadera y pseudociencia puede llevarnos a poner nuestra salud y nuestro dinero en manos de personas que inspiran, pero no merecen, nuestra confianza.

Las pseudociencias reflejan apetencias típicas de nuestra sociedad: queremos que las cosas sean simples y que no tomen mucho tiempo. Si tenemos que estudiar una profesión, queremos que sea fácil y que su ejercicio nos rinda buen dinero. La mayoría de las pseudociencias son disciplinas que requieren pocos conocimientos y se basan en postulados simples; y por supuesto, suele ser fácil encontrar gente crédula que les pague a sus practicantes. En estas disciplinas, además, no hay ningún criterio certero para decidir quién es un buen profesional y quién no lo es.

Los «conocimientos» que suponen las pseudociencias se basan generalmente en la tradición o en dogmas arbitrarios establecidos hace tiempo, o bien en revelaciones transmitidas por supuestos «sabios» o «expertos» que se autoproclaman como tales. Nunca se basan en investigaciones reales que puedan ser citadas, estudiadas y quizá refutadas por otros, como se hace en toda disciplina científica seria. A veces su ambigüedad o su misma falta de contacto con la realidad hace imposible probar que no funcionan (falsabilidad); otras, la prueba clara de que son falsedades es rechazada por los pseudocientíficos con argumentos ridículos o simplemente ignorada. Típicas de esta reacción son frases como «la ciencia oficial» o «el establishment científico», o la acusación de que el escéptico «tiene la mente cerrada» o es un «positivista dogmático».