La magia de la apitoxina
Etiquetas: abejas, apitoxina, apitoxinoterapia, Artículos, roberto grand, veneno
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7 diciembre, 2011 a las 12:10 #28518PabloDFMiembro
Leo hace pocos días una nota sobre un médico rosarino, el Dr. Roberto Grand, que practica la apiterapia, es decir, terapia basada en productos derivados de las abejas. De hecho en la nota habla casi exclusivamente de apitoxinoterapia, el uso medicinal de la toxina del veneno de abeja. El profesional en cuestión parece bastante serio, no un charlatán, y no vende sin más una panacea, pero en lo que cuenta hay varios puntos oscuros y saltan varias alarmas. Esto me motivó a examinar con atención sus afirmaciones sobre los efectos de la apitoxina. (En el podcast nº 22, grabado poco después, charlé de esto un buen rato con mi compañero escéptico Daneel Olivaw.)
Dice el buen doctor que en un estudio hecho sobre apicultores en Alemania (no hay referencia) se descubrió que casi ninguno había padecido jamás de ciertas enfermedades (cinco en total, la última siendo el cáncer) porque el hecho de ser picados por abejas con frecuencia mayor a lo habitual los protegió. Si tal estudio existe, si estuvo bien hecho, si dio esos resultados (nótense los condicionales acumulados), todavía nos queda la duda de si se descubrió un vínculo causal entre picaduras de abeja y protección contra enfermedades. ¿Hubo un grupo control (personas no picadas por abejas habitualmente)? ¿Se contabilizaron las picaduras de abeja? ¿Se les dijo a los apicultores que se los estaba estudiando, y para qué? ¿Cuánto tiempo duró el estudio?
El Dr. Grand también afirma que en Estados Unidos “están usando apitoxina para tratar la esclerosis múltiple”. Efectivamente la están usando, lo que no quiere decir que esté funcionando. La cosa continúa, probablemente, por la misma razón que otros tratamientos pseudomedicinales que no son mejores que un placebo pueden ser seguidos y defendidos por terapeutas y pacientes durante años. Los estudios científicos pertinentes, por lo menos, no han mostrado que tengan eficacia.
El asunto empieza a desbarrancarse cuando Grand saca a colación la “medicina alopática” (en el artículo escriben “halopática”), diciendo que él no pretende ponerse en contra de ella ni mucho menos, sino complementarla. Ahora bien, lo contrario de alopático es homeopático, pero de hecho esta distinción sólo la hacen los que practican o al menos dan crédito a la homeopatía y a otras “medicinas” alternativas, complementarias, o como se llamen (esa ambigüedad sería tema para otro artículo). La homeopatía es magia simpática, no medicina, y lo que comúnmente se denomina “medicina alternativa” es la que no funciona, así que si lo demás es alopático, entonces alopático significa “que funciona”. Ocurre que más allá de la definición formal, “medicina alopática” equivale retóricamente a otras expresiones del tipo de “medicina oficial”, con la cual se aparta y descalifica discretamente a la medicina basada en evidencia como algo cerrado y dogmático: vale decir, la expresión es un hombre de paja.*
Sea como fuere, el uso de la apitoxina según lo describe el Dr. Grand es definitivamente “alopático” (por ejemplo, se ataca una inflamación con una sustancia que estimula la producción de corticoesteroides, los cuales actúan como antiinflamatorio).
Pero no hay mucho misterio aquí: Grand es presidente de la Asociación Argentina de Apiterapia (AAAT), la cual en su sitio web promueve el uso de los productos apiterápicos en homeopatía, con lo cual su vinculación con la pseudociencia es clara. El doctor además afirma practicar la “apipuntura” (que es exactamente lo que parece: inyectar toxina de abeja en los puntos tradicionales de acupuntura). El sincretismo y el eclecticismo no son malas prácticas en sí, pero sólo si se amalgaman disciplinas del mismo valor. La apiterapia es a priori una incógnita. De la apipuntura podemos suponer que no dará mejores ni peores resultados que la apiterapia convencional, si acaso; para la apiterapia homeopática, en cambio, no hay esperanza alguna, como no la hay para ninguna sustancia en la cual no haya componente medicinal activo.
La AAAT recomienda el uso de apitoxina para tratar la insuficiencia arterial y las neuropatías en pacientes diabéticos insulinodependientes, en los cuales, según se afirma, la apitoxina también protege “los órganos que habitualmente se dañan en los diabéticos como riñones y retinas”, además de mejorar el sueño y el estado de ánimo y controlar la hipertensión. En las transcripciones de charlas dadas por médicos apiterapeutas figura también la supuesta utilidad de la apitoxina en el tratamiento del SIDA, el cáncer (cualquier cáncer, aparentemente), el lupus, el reuma… No he podido encontrar ni una sola referencia académica a estas variadísimas propiedades, aunque todas ellas, y muchas más, figuran prominentemente en decenas de sitios web que promocionan tratamientos apiterápicos.
No voy a extenderme más (aunque el tema da para mucho). La apitoxina es claramente una sustancia natural muy interesante, y no parece prudente descartarla como útil para la medicina, pero lo que está ocurriendo aquí es claramente que un grupito de entusiastas, sin medios para realizar estudios clínicos controlados (seamos generosos y supongamos que los harían si tuvieran recursos), se han montado sobre un negocio fabuloso de “medicina alternativa” que podría funcionar en algunos casos puntuales pero de ninguna manera debería ser considerado una panacea. Si por ellos fuera, sólo faltaría que la “medicina oficial” dejara el camino libre a la maravillosa apitoxina para curarlo todo. ¡Ojalá fuera tan fácil!
* Este párrafo fue editado y corregido. El autor cayó inadvertidamente en la trampa de los pseudocientíficos que dividen falazmente la medicina en categorías que no tienen sentido. Sólo hay un tipo de medicina: la que funciona, con mayor o menor eficacia, curando o aliviando las dolencias humanas. Mis disculpas al lector y gracias por su comprensión.
La magia de la apitoxina -
7 diciembre, 2011 a las 14:15 #34755AnónimoInactivo
¡¡Claro que existe una medicina no alopática!! La medicina no es alopática. O sí, pero solo si funciona.
Abrigar a alguien con fiebre es homeopatía, según esa mirada, y bajarle la temperatura corporal es alopatía… y la medicina usa ambas, según el contexto.
Suponiendo válida la extensión que usan los fanáticos y llamando alopatía a combatir una enfermedad con un antibiótico, la medicina no es alopática, ya que usa vacunas, que serían la mejor muestra de homeopatía.
La medicina usa todo, todo, todo… pero… siempre que funcione, siempre que cure.
Decir que la medicina alopática es la única que funciona es hacerle el caldo gordo a estos individuos que pretenden ponerse en una posición de perseguidos y de innovadores, de hacer lo que la medicina no hace. La medicina (no voy a decir tradicional, porque hay una sola medicina, una sola que cura) es un conjunto de técnicas, y se mide por resultados, no por un prejuicio de alopático/homeopático.
Además, si uno dice que la medicina usa ambas cosas SIEMPRE QUE FUNCIONEN y da un buen ejemplo como la vacuna, expone la ignorancia de estos personajes que intentan encasillar a la medicina como una de sus partes.
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7 diciembre, 2011 a las 14:27 #34756PabloDFMiembro
Mirko: quizá decir que “la medicina siempre es alopática” fue inapropiado por demasiado estricto. Pero con respecto a tu ejemplo de la fiebre, por ejemplo, a la persona se la abriga para que esté cómoda, no para bajar la fiebre. Si se quiere tratar la fiebre, se le da algo que la baje.
Una vacuna no es homeopatía. Las vacunas contienen cantidades pequeñas pero no nulas de agentes patógenos, que sirven para que el cuerpo reconozca esos agentes como extraños y los ataque cuando se le presenten la próxima vez. En los preparados homeopáticos no hay ingredientes activos, son sólo agua (o pastillas inertes remojadas en agua).
Es difícil referirse a terminologías falaces como “medicina homeopática vs. medicina alopática” sin dar la impresión de que uno está de acuerdo con esa terminología. Evidentemente no lo logré y pido disculpas, pero de ninguna manera pretendo dictaminar cómo debe ser la medicina. Como decís, si funciona para curar, es medicina.
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7 diciembre, 2011 a las 15:20 #34757AnónimoInactivo
No hablo de la homeopatía como técnica de infinitas diluciones, que es curar con nada (¿era curar o currar?). Hablo del principio de “fuego contra fuego”. La medicina echa mano de él si es necesario. Y esto hay que hacérselos ver. El día que un remedio homeopático sea efectivo, pasará a ser parte de la medicina. Así de sencillo. Medicina es lo que cura, sea alopático o sea homeopático o sea cualquier otra cosa.
Puede que una vacuna no sea homeopatía estrictamente hablando, pero ciertamente no es alopatía (si tenemos que decir si es una u otra, está más cerca de la homeopatía; aunque creo que no cae en ninguna de las dos categorías).
De todas formas, mi punto es que decir que la medicina es alopática (que no es 100% alopática según mi parecer, pero no es el punto) es poco inteligente desde un punto de vista de divulgación. Les da el pie a los inescrupulosos para apuntar sus misiles hacia el fanatismo alopático que dirán que tiene la medicina. Y sobre todo, no es como se maneja la medicina. El parámetro a medir no es la “alopaticidad” de una medicación, sino su efectividad.
P.D.: no respondí en el otro lado porque me pide cuenta de usuario ^^
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7 diciembre, 2011 a las 15:28 #34758PabloDFMiembro
Mirko: la verdad es que los fanáticos e inescrupulosos nunca se han detenido mucho en la terminología correcta, pero acepto la sugerencia y voy a revisar la forma en que lo expreso en el post. Ahora bien, con respecto a lo que significa “homeopático”, si bien etimológicamente es “curar con lo similar”, en la práctica se refiere a una determinada disciplina o conjunto de disciplinas que se basan en diluir hasta la desaparición determinadas sustancias. Yo no podría plantear que “quizá haya medicina homeopática que funcione” (en el sentido de “fuego contra fuego” que vos mencionabas) porque se entendería como si le diera lugar a la homeopatía (en el sentido en que la entienden sus practicantes).
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7 diciembre, 2011 a las 16:55 #34759saibabaMiembro
Me gustaron mucho las opiniones de Mirko, pues ponen en evidencia una falacia en la dialéctica de las «medicinas alternativas».
Esas cosas se venden junto con un discurso, y dicho discurso esconde mentiras y errores que es siempre oportuno poner en evidencia.
Nunca me había puesto a pensar que la clasificación homeopatía/alopatía era un invento de los defensores de las pseudomedicinas, y encima lo usan para batallar en el nivel que Mirko explicó muy bien:
* Hacer creer a la gente que el criterio de la medicina científica se basa en un «prejuicio» y no en «criterios de efectividad».
De hecho, muchas veces he oído a los New-Agers expresarse de esa manera frente a toda la ciencia: los científicos se basan en «prejuicios ideológicos», tienen una «filosofía materialista», y así por el estilo.
El problema con estas cosas está también en algunos malos defensores de la ciencia, que justamente defienden en forma demagógica unas posturas filosóficas materialistas y mecanicistas, que ya ni siquiera se condicen con los descubrimientos de la ciencia moderna.
Los New-Agers discuten así, con personajes «cientificistas» que en efecto son prejuiciosos,
pero esos mismos New-Agers no son capaces de discutir con objetividad frente a un criterio concreto de veracidad científica, como lo es algo tan simple de «ser efectivo».
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7 diciembre, 2011 a las 18:26 #34760Leandro YampolskyMiembro
saibaba dijo:
El problema con estas cosas está también en algunos malos defensores de la ciencia, que justamente defienden en forma demagógica unas posturas filosóficas materialistas y mecanicistas, que ya ni siquiera se condicen con los descubrimientos de la ciencia moderna.
Cuales serian los descubrimientos cientificos contrarios al materialismo? Hasta donde yo conozco, los descubrimientos cientificos no han hecho mas que reforzar el materialismo en contraposicion al idealismo o alguna postura dualista.
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7 diciembre, 2011 a las 20:42 #34761saibabaMiembro
No, no, es que no me refiero a eso.
Sino a cuál es la «postura» científica.
Estaremos de acuerdo en que el científico bien entendido no forma sus opiniones a partir de «filosofías», sino a partir de hechos comprobados. Si esos hechos refuerzan la visión materialista de las cosas, pues que sea por los hechos mismos, y no porque «al científico le gusta así».
Sin embargo, el discurso New-Ager es que el científico «no es capaz de ver más allá del materialismo por su estrechez de pensamiento», y que esta actitud se debe a supuestos prejuicios o caprichos de los científicos.
Habrá tipos que yo llamo «cientificistas», que actúan en forma dogmática, defendiendo el materialismo de maneras infundadas, tal como lo hace la secta raeliana. Ese es un ejemplo claro de postura «materialista» (no hay alma humana, ni visiones holísticas, ni nada, sólo carne, ADN y átomos), pero jamás hablan ellos del método científico.
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Seguramente me expresé mal, pero estoy sobreentendiendo «materialismo» con la acepción que le da un pseudocientífico desde la manera en que suelen manejar sus discursos.
Para ellos, materialismo es «química», y la química es algo «invasivo», antinatural, y claramente que en las reacciones químicas no se tiene en cuenta ningún factor de índole «espiritual».
Cuando digo que la ciencia moderna ha cambiado, es que la ciencia ha venido descubriendo fenómenos que son extraños al sentido común (pienso ahora en variadas experimentos de física cuántica), y que sin embargo sigue siendo ciencia.
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Es difícil discutir sobre estas cosas debido a que en realidad el significado o sentido de las palabras se usa de forma distinta en el lado científico que en el lado pseudocientífico.
O sea, por momentos me imagino discutiendo con un New Ager, usando palabras que usamos todos, pero que tienen distinto significado.
Lo mismo pasaría si habláramos de «energía».
No es lo mismo «energía» para un científico que para un pseudocientífico.
Para un pseudocientífico, la «energía» es algo así como una «sustancia espiritual», un fluido «sutil y poderoso» que trae consecuencias benéficas en la vida. (Es lo mejor que puedo llegar a explicarlo).
En cambio, la energía del científico está bien explicada en esta frase que extraigo de Wikipedia:
Quote:La energía es una propiedad de los sistemas físicos, no es un estado físico real, ni una «sustancia intangible»O sea, es un «número» (o varios) que expresa ciertas características de movimiento de un sistema físico.
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El análisis del discurso de todos los actores involucrados es importante en una discusión de este tipo.
Porque si vamos a explicar a alguien qué pasa con la «energía», no nos va a entender si esa persona cree que la «energía» es una «sustancia intangible» de algún tipo, por ejemplo.
Lo mismo con todo.
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7 diciembre, 2011 a las 21:46 #34762saibabaMiembro
Lo pongo de otra manera.
Supongamos que la ciencia descubre de pronto que hay una cierta dimensión en la que hay conciencias humanas «onda» fantasma flotando por ahí.
¿Sería eso ciencia? ¿Es el mundo de los fantasmas «materia»?
Para el pseudocientífico, el mundo de los fantasmas, aún si se comprobara científicamente, seguiría siendo no-material. Para el científico, sería sólo «materia diferente a la conocida hasta ahora».
Para el científico, seguiría siendo ciencia, con tal de haber comprobado con experimentos que ese mundo existe.
Para el pseudocientífico, el mundo de los fantasmas, por ser espiritual, es algo a lo que los científicos jamás podrían llegar, por mera actitud prejuiciosa, por ideologia.
En el caso de un tal descubrimiento, se entendería claramente el error en esta concepción de la ciencia.
No sólo se habla de «materialismo», sino del «materialismo» con el sentido que a cada uno le gusta darle.
El «materialismo» del que habla un reikista, no es el materialismo como lo ve un físico o un epistemólogo.
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7 diciembre, 2011 a las 22:46 #34763PabloDFMiembro
Estimados: tomé en cuenta las críticas y modifiqué el párrafo sobre la “medicina alopática” según me pareció lo más correcto, luego de pensarlo bastante. Esto me recordó una cuestión que surgió cuando yo estaba participando en la edición del artículo de la Wikipedia en inglés sobre la teoría de los dos demonios. Después de mucho ir y venir quedó establecido (y plasmado en el artículo) que la susodicha “teoría” en realidad no existía, porque nadie adhería realmente a ella: la expresión sólo se usaba para acusar a otros, nunca para nombrar la propia posición, o sea, como “teoría” era falaz, un hombre de paja. Me dio la impresión de que “medicina alopática” es una expresión de este mismo estilo, una caricatura falaz con las que los promotores de las pseudomedicinas etiquetan a la medicina basada en evidencia. No sé qué les parece a ustedes…
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7 diciembre, 2011 a las 23:22 #34764saibabaMiembro
Este punto es una clave importante.
Se fomenta la ciencia como un dogma o una lista de posturas prejuiciosas, y sobre esa concepción se basan ataques.
Y hay que tener cuidado con el uso de palabras clave, como materialismo o energía.
Ya hay confusión en las palabras mismas, porque se asignan sentidos distintos según quién las pronuncie, y así la discusión empieza «embarrada» y enrevesada desde el principio.
Pienso que este tema de las palabras y el sentido del discurso en el «problema» de las pseudociencias es importante, y requiere ser tratado con paciencia.
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