Re: Vegetarianismo

#29626
esceptic0
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bueno, de estas charlas tuve varias y en sí el argumento es siempre el mismo, ya sea para el vegetarianismo o para cualkier cosa relacionada con los animales. El problema, lo erróneo, la confusión para mí es lo ke hacen: humanizar a los animales

lo ke tiene ke kedar claro es por lo ke tendrían ke luchar, no es por la dieta, no es por la no muerte, es como dice DrGen ¿cómo sáben ke los animales son concientes de ke van a morir? si se los cría bien y se los mata sin dolor ¿cual es el problema? ya no es el sufrimiento animal ya ke no hay, sino ke es una cuestión filosófica de darle el mismo valor (omuchas veces mas, hay mucha misandría aunke no se si lo dicen en serio) al animal, ¿a todos los animales? ke al humano.

Contra lo ke deben luchar son contra las condiciones, contra el maltrato.. ahora se encontraran con causas mas prioritarias al encontrar a humanos peor ke animales

http://dotsub.com/view/9a042532-e2d1-423a-b7b5-9f5ee4320779

o a la devastacion de muchísimos seres no directa sino indirectamente al contaminar el medio donde viven.

Asi ke vegetarianos les propongo abandonar una cosa tan tonta la de culpar a todos por su dieta, hasta los herbivoros comen carne si la necesitan http://zoologo-bloguero.blogspot.com/2010/05/herbivoros-que-comen-carne.html culpemos al ke le da de comer al chancho.

Otro tema son las mujeres, y no me lo nieguen de entrada aunkesea considerenló antes, evolutivamente, inconscientemente el hombre es mas cazador y tiene menos problema con las carnes rojas y la muerte, por eso creo ke hay mas vegetarianas ke vegetarianos; cosa parecida ocurre con los perritos y gatitos, hay mas mujeres ke hombres ke tienen problemas con matarlos, sea por la razon ke sea, a estos ya ke los relacionan inconscientemente con bebes, tambien existe el vinculo, si uno cria una vaca o lo ke fuere despues no la mata por la relación ke se creó.

bueno este tema da para mucho y me interesa dejo un extracto de Carl Sagan donde menciona prudentemente a este tema, vale la pena:

Code:
p. 16

Somos el producto de cinco mil millones de años de evolución biológica lenta, fortuita, y no hay razón alguna para pensar que se haya detenido tal proceso evolutivo. El hombre es un animal en período de transición. No es el clímax de una creación.

La Tierra y el Sol existirán muchos más miles de millones de años. El futuro desarrollo del hombre probablemente dependerá de una disposición cooperadora entre la evolución biológica controlada, manejos genéticos y una íntima asociación entre organismos y máquinas inteligentes. Pero no creo que haya nadie que pueda emitir pronóstico alguno de esta evolución futura. Lo que sí resulta evidente es que no podemos permanecer estáticos.

Al parecer, nuestra historia más primitiva, los individuos eran adictos a su inmediato grupo tribal, que posiblemente no sobrepasaría los diez o veinte individuos, todos ellos emparentados por lazos de consanguinidad. A medida que el tiempo transcurrió, la necesidad de un comportamiento de cooperación –en la caza de grandes animales o rebaños, en la agricultura y el desarrollo de ciudades– obligó a los seres humanos a formar grupos cada vez mayores. En la actualidad, ejemplo particular de los cinco mil millones de años de historia de la Humanidad, la mayoría de los seres humanos deben fidelidad y obediencia al estado-nación (aunque algunos de los problemas políticos más peligrosos surjan todavía a causa de conflictos tribales relacionados con unidades de población muy pequeñas).

Muchos líderes visionarios han imaginado una época en la que la devoción, obediencia o fidelidad de un ser humano individual no se centre en su particular estado-nación, raza, religión o grupo económico, sino que lo haga sobre toda la Humanidad en su conjunto; es decir que, cuando se beneficie a un ser humano de otro sexo, raza o religión que se encuentra a una distancia de nosotros de quince mil kilómetros, el hecho nos sea tan preciado como si hubiésemos favorecido a nuestro propio hermano o vecino. Se tiende a seguir el criterio, pero el avance es sumamente lento. Aquí es preciso hacerse una pregunta muy seria sobre si se podrá lograr semejante autoidentificación global de la Humanidad antes de que nos destruyamos con las fuerzas tecnológicas que ha desarrollado nuestra inteligencia.

En un sentido muy real, los seres humanos son máquinas construidas por los ácidos nucleicos para disponer de una eficiente repetición de más ácidos nucleicos. [1] Nuestras necesidades más acuciantes, las más nobles empresas y el manifiesto libre albedrío son una expresión de la información codificada en el material genético: en cierto sentido, somos depósitos temporales y ambulantes de nuestros ácidos nucleicos. Esto no niega nuestra humanidad. No nos impide perseguir el bien, la verdad y lo bello. Pero sería un gran error ignorar de dónde procedemos en nuestros intentos por determinar adónde vamos.

No cabe duda alguna de que nuestro sistema instintivo se ha modificado poco desde los días en que los hombres se reunían para cazar, hace varios centenares de miles de años. Nuestra sociedad ha cambiado enormemente desde aquellos tiempos, y los más grandes problemas de supervivencia en el mundo contemporáneo puede entenderse en términos de este conflicto entre lo que «sentimos» que debemos hacer obedeciendo nuestros instintos más primarios, y lo que «sabemos» que debemos hacer obedeciendo finalmente a nuestra cultura extragenética.

Si sobrevivimos en estos peligrosos tiempos, resulta evidente que incluso una identificación con toda la Humanidad no es la identificación deseable y fundamental. Si sentimos profundo respeto por otros seres humanos como iguales receptores de este patrimonio de cinco mil millones de años de evolución, ¿por qué no ha de aplicarse tal identificación también a todos los demás organismos de la Tierra, que son asimismo el producto del mismo número de años de evolución? Cuidamos de una pequeña fracción de organismos de la Tierra –como por ejemplo perros, gatos y vacas– porque son útiles o porque nos halagan. Pero las arañas, las salamandras, el salmón y el girasol son igualmente nuestros hermanos y hermanas.

Creo que la dificultad que todos experimentamos de extender nuestros horizontes de identificación en tal sentido es en sí misma genética. Las hormigas de una tribu lucharán hasta morir ante la intrusión de otras hormigas pertenecientes a diferente tribu. La historia humana está llena de casos monstruosos de pequeñas diferencias –pigmentación de la piel, especulación teológica abstrusa o forma de vestir y estilo de peinado– que son causa de hostigamiento, esclavitud y asesinato.

Un ser exactamente igual a nosotros, pero con una pequeña diferencia fisiológica –un tercer ojo, o pelo azul que cubra su nariz y frente–, es algo que provoca sentimientos de repugnancia o retroceso. Tales sentimientos pueden haber tenido un valor aceptable en otras épocas, al defender nuestra pequeña tribu contra las bestias o los vecinos. Pero en nuestra época estos sentimientos son peligrosos y anticuados.

Ha llegado el momento de sentir respeto y reverencia no solamente hacia los seres humanos, sino también hacia todas las formas de vida; el mismo respeto que mostraríamos hacia una obra maestra de la escultura o hacia una máquina maravillosamente terminada. [2] Desde luego, esto no significa que debamos abandonar los imperativos de nuestra propia supervivencia. El respeto hacia el bacilo del tétanos no llegará hasta el extremo de ofrecer nuestro cuerpo como medio de cultivo. Pero al mismo tiempo, podemos recordar que aquí tenemos un organismo con una bioquímica que se remonta mucho más allá en el pasado de nuestro planeta. El bacilo del tétanos está intoxicado por el oxígeno molecular, el que nosotros respiramos tan libremente. El bacilo del tétanos, pero no nosotros, se sentiría como pez en el agua en aquella atmósfera rica en hidrógeno y libre de oxígeno de la primitiva Tierra.

El respeto y la reverencia hacia toda forma de vida es factor importantísimo en unas cuantas religiones del planeta Tierra, por ejemplo entre los jainos de la India. Y algo que se aproxima mucho a esta idea es responsable de vegetarianismo, al menos en las mentes de muchos de los practicantes de esta dieta represiva. Pero ¿por qué ha de ser mejor matar plantas que animales? Los seres humanos sólo pueden sobrevivir matando a otros organismos. Pero podemos realizar una compensación ecológica cultivando otros organismos; estimulando la plantación de bosques, impidiendo la matanza al por mayor de organismos como las ballenas y las focas, organismos que pueden tener valor comercial o industrial, como asimismo declarando fuera de la ley la caza injustificada, y haciendo que el medio ambiente de la Tierra sea más agradable para todos sus habitantes.

Puede haber un momento, como expongo en la tercera parte de este libro, en el que entremos en contacto con otros seres inteligentes en un planeta de alguna lejana estrella, con seres que cuentan con miles de millones de evolución completamente independiente; seres que es probable se parezcan poco a nosotros, aunque puedan pensar de forma parecida. Es importante que extendamos nuestros horizontes de identificación, no precisamente sobre las formas de vida más simples y humildes de nuestro planeta, sino también hacia formas de vida exóticas y avanzadas que puedan habitar con nosotros en nuestra enorme galaxia de estrellas.

identificacion global: http://www.thezeitgeistmovement.com/

humanismo y no animalismo :p saludos