Re: Policiales

#33123
saibaba
Miembro

Bueno. Yo veo las cosas desde el ciudadano común, y solamente se resalta lo malo de la policía, en general.

Y cuando pasan estos casos, siempre se ve a la policía haciendo el ridículo.

El caso Pomar, que rastrillaban la zona donde estaba el auto, y no lo podían ver, siendo que estaban ahí no más cerca de la ruta.

En la tele siempre muestran cómo en los casos se desperdician torpemente muchas pistas importantes.

Y ahora vos comentás los detalles de lo que ha pasado en Salta.

En realidad es muy posible que haya personal calificado, pero también cierta torpeza en la práctica. Porque esto depende de una cuestión de actitud.

No es sólo tener un buen biólogo, un buen perito o un buen forense.

También está la actitud y la reacción ante un caso. Tiene que haber seguramente protocolos que seguir, convenciones y reglas que hagan las cosas más eficientes.

Siempre da la sensación de que la policía argentina es un ejemplo de inoperancia tercermundista, que los tipos están siempre dormidos, y que a cualquier boludo le dan un arma y un uniforme.

O sea. Por un lado la prensa resalta en general lo malo de la policía, pero a pesar de la mala prensa, y tomando como cierto que hay cosas funcionando bien, aún así seguramente hay muchas cosas que mejorar.

Por ejemplo, para mí, como para mucha gente, la «bonaerense» da terror, no inspiran nada de confianza, y se los asocia directamente con los delincuentes, la prostitución y las drogas.

Lo que dice el diario Paris Match sobre los clubes vip en Salta, su relación con el poder, no sé si realmente tiene que ver con el caso de las francesas, pero sin embargo revela la realidad o nexo que hay entre la inoperancia policial al investigar sólo pobres o turistas ocasionales, sin preguntar sobre las fiestas a las que las chicas esas fueron.

La inoperancia es hija también de la corrupción.

Cuando hay corrupción, hay movimientos torpes, pero movimientos torpes en hombres adultos y preparados son síntomas claros de corrupción.

La corrupción tiene pocas alternativas: de los ricos va a los políticos, de los políticos va al comisario y los jueces, y el comisario y los jueces bajan órdenes a los agentes, quienes van más o menos para donde los dejan o les dicen que vayan, o con el «ritmo» o nivel de torpeza adecuado, si es que quieren tapar un crimen.