Me parece mucho más simple, claro y directo pedirle a Solórzano que demuestre que realmente su aparatito funciona.
Porque así es como se va a dejar de joder.
Si no, todo queda en una discusión filosófica eterna.
Cuando Galileo inventó el telescopio, algunos obispos se negaban a mirar por el anteojo.
Está bien que Solórzano no parece ser un nuevo Galileo.
Pero ¿tanto cuesta echarle una miradita al invento, a ver qué onda?