Re: foto de Dios

#32107
saibaba
Miembro

Carmen: Leí hasta la parte de las conclusiones, después me cansé para seguir con la columna de más a la derecha.

En general me pareció muy bien.

A mí me gustó mucho, todo explicado con mucho cuidado y con palabras claras.

En algunos puntos un poco repetitivo, pero a veces no hay mejor solución.

Te pusiste a explicar la navaja de Ockham sin nombrarlo a Ockham,

cosa que me parece muy bien, porque después de todo ¿Quién diablos es Ockham?

Lo que importa es explicar el criterio por el cual no está bien inventar hipótesis más difíciles de demostrar que lo que ellas mismas intentan justificar.

Tocaste un poco el tema de cómo se «valora» más conformarse con la opinión grupal que pensar por uno mismo.

A mí me parece que los lazos familiares y afectivos pueden ser muy decisivos en las creencias de una persona. A mi me condicionaron muchos años. Tengo amigos que no logran zafar del yugo de sus respectivas madres y las cosas que les han metido en la cabeza sobre Dios y todo eso.

Una pregunta que podría uno hacerse entonces, sería: ¿Por qué cada uno cree en Dios?

Alguien te lo inculcó.

Y a ese alguien, otro alguien se lo inculcó.

Y así sucesivamente. ¿Dónde empezó todo? ¿Y por qué tengo que creerle a otros cualquier cosa que me digan?

Yo siempre separo un poco la creencia en Dios de la vida religiosa misma.

Yo primero dejé la religión sin dejar de creer en Dios.

Esto quiere decir que dejé de confiar en quienes me hablaban de Dios.

Aquellos que hablan de Dios lo hacen con el interés de controlar y manipular a otros.

En tal sentido, hostigan a los demás con sentimientos de culpa, amenazas de ofensa divina y castigo.

Estas cosas oprimen a la gente, y son parte de la maquinaria religiosa, que lejos están de cualquier concepción teológica sobre Dios.

Se supone que Dios es misericordioso, todo lo perdona y entiende, y además prometió el paraíso no para los que creen en él sino para aquellos que hagan el bien a los demás, ya que se identificó con los pobres y los desvalidos.

Estos detalles se olvidan fácilmente en la práctica religiosa, y el resultado es una institución religiosa con ideas propias, ajenas a los evangelios mismos.

Después de cuestionar debidamente dichas instituciones, queda en el aire la creencia en Dios, si acaso ese dios bondadoso y misericordioso, creador del universo, realmente existe.

Yo veo a esto como una cuestión separada.

Acá el problema que veo yo es que cada ser humano tiene una concepción distinta de Dios,

se trata de un objeto «mal definido».

Desde el punto de vista racional no tiene siquiera sentido hablar de Dios, porque para razonar sobre algo, todos tenemos que estar de acuerdo sobre la definición exacta de ese algo.

Tiene que haber consenso en el «concepto» de Dios.

Y no lo hay, porque Dios es sólo una palabra, que se amolda más o menos a lo que cada uno le gusta.

Sólo se puede ser objetivo con ciertos puntos en común que la palabra «Dios» tiene para todos los que creen en él. Por ejemplo, que es un ser vivo, inmaterial, que creó el Universo, y es inmortal. También su conciencia supuestamente está presente en forma absoluta en todo lugar del Universo.

Podríamos intentar lograr un consenso en la definición de Dios a partir de ahí, por ejemplo.

Y luego ver si eso existe, o si tiene sentido.

En principio, si alguien quiere creer que hay una entidad así, no tiene por qué entrar en contradicción con la ciencia misma.

Por ejemplo, puede haber un Dios que planeó todo antes del Big Bang, estipuló unas leyes, y de ahí surgió el Universo.

Los seres vivos evolucionarían según las leyes de Darwin o cualesquiera otras, siguiendo cambios genéticos al azar y selección natural.

Pero se puede pensar que esas cosas son parte del plan divino.

No habría contradicción.

La teoría científica de la evolución de los seres vivos se contradice en realidad con la Biblia y con el poder de las instituciones religiosas.

No se contradice con un concepto de un Dios que creó el Universo.

Lo que sí es claro, es que si se supone que no hay un tal Dios, como más o menos se lo ha definido párrafos arriba, los hechos científicos, como la evolución, siguen siendo ciertos y bien comprobados.

No hay razones científicas para preferir el supuesto de un ser creador o inteligente.

Puede haberlo o no.

Pero entonces a nadie se le puede reprochar que no crea en eso.

Los problemas vienen con otros conceptos «asociados» a Dios, y no tanto Dios mismo.

Por ejemplo, la vida después de la muerte, el cielo y el infierno, la existencia de un alma inmortal. La pérdida de tiempo al rezarle a los santos y a los ángeles.

Los «accesorios» de Dios son lo que están en juego.

Dios mismo podría subsistir con la ciencia sin que nadie se queje o sufra por ello.

Los conflictos empiezan en aquellas porciones de los sistemas de creencias que están implicados en «acciones» que a la gente se le obliga hacer o no. Controlar a la gente o dejarla libre en su búsqueda de la verdad.

Cuando se tocan las narices a esto, viene disfrazado en forma de discusiones sobre el Darwinismo, la existencia o no de un Dios inmortal.

A nadie le importa nada de todo eso. Caemos todos en un juego de discusiones filosóficas absurdos, cuando lo que está en juego son cuestiones de control sobre otros, poder, y extracción de dinero.

Así que yo no sé si cambiaría algo a tu texto, Carmen.

A lo mejor pondría más énfasis en las cuestiones de manipulación de los familiares y amigos, y otros personajes de influencia en la sociedad que hostigan con las amenazas divinas.

Yo terminé siendo ateo completamente, pero eso es algo más bien personal.

Creo que en el fondo me daría lo mismo si hubiera seguido siendo creyente.

El punto clave en mi vida fue cuestionar a la iglesia y el modo en que llevaban el cristianismo mismo.

O sea, las contradicciones internas del sistema, que son muy fáciles de encontrar por doquier.

A lo mejor puedas sacar algo de todo este rollo para complementar a tu texto.

Saludos