Re: Expresiones no-escépticas
préstenme bien atención: NAVIDAD ES EL MOMENTO IDEAL PARA QUE LOS NIÑOS APREHENDAN (si, con h) ESCEPTICISMO Y PENSAMIENTO CRÍTICO.
Yo crecí sabiendo que «papá noel no existe, son los padres». Curiosamente mi madre que es muy religiosa, nunca nos inculcó esta idea (aunque tiene sentido, ningún adulto religioso cree en papá noel). Y lo que generaron en mi personalidad de niño es impagable, incluso podría decir que mi primera navidad habrá sido mi primer día como escéptico.
Mis padres tampoco se fueron al otro extremo, de «matar» la imaginación de sus hijos y aguarles la fiesta. Lo que hicieron fue fomentar nuestra imaginación… pero siempre haciéndonos entender la diferencia entre lo imaginario y lo real. No hace falta destruir la imaginación para aprender a diferenciarla de lo real. Se puede ser muy imaginativo, sabiendo siempre que se está siendo imaginativo.
Por ejemplo, yo les conté que cuando era muy chico «vi un fantasma». Pero ya en esa época sabía que los fantasmas no existen. Ni el cuco ni el hombre de la bolsa, mi madre jamás nos «asustó» o amenazó con esas cosas, al contrario de mis tías, que cuando sus hijos se portaban mal, la amenaza siempre era esa; «tomá la sopa o el hombre de la bolsa te va a llevar». Gracias a eso, yo jamás tuve miedo en la oscuridad de mi habitación. Veía cosas raras, sombras, ruidos y me asustaban obviamente, pero no tenía miedo, no esperaba que saliera un monstruo de detrás de las cortinas. Y podía dormir tranquilo, y hasta diría que tener una mente saludable. Y cuando veía una película de miedo y el miedo me acompañaba a la cama… me dejaba llevar por la imaginación, «disfrutaba» de ese miedo, lo dejaba actuar sobre mí… porque sabía que «sólo es una película».
En navidad, festejábamos. Pero la navidad para nosotros siempre fue «la gran reunión familiar», donde nos veíamos con todos nuestros primos, recibíamos regalos, comíamos comidas ricas, veíamos a la abuela, el abuelo y las tías… y papá hacía asado. Cuando recibíamos regalos que no nos gustaban, no pensábamos que habíamos sido malos niños y por eso «papá noel» nos castigaba… no, sabíamos que era porque había sido un año difícil y a nuestros padres les costaba regalarnos algo «mejor». Sabíamos que nuestros primos recibían mejores regalos, no porque fueran mejores que nosotros, sino porque sus padres simplemente tenían más dinero. Aprendimos a valorar nuestros juguetes porque nos los dieron nuestros padres, y sabíamos que ese autito no me lo había traído un mágico ser del polo norte que ni nos conocía, no! nosotros sabíamos que nuestro papá se rompía el culo en su difícil trabajo de camionero para poder comprárnoslo. ESO… es pensamiento escéptico a los 5 o 6 años.
Yo con mis hijos voy a festejar navidad, les voy a contar la verdad, y les voy a decir que es una fiesta en la que se realizan viejas costumbres y se cuentan viejas historias, que tienen algo de verdad y mucho de imaginación. Y les voy a enseñar que seguimos festejando esas cosas porque aprovechamos la oportunidad para reunirnos con tíos y abuelos; así como aprovechamos alguna muerte de algún prócer para hacernos un viajecito