Recordando al quagga
El 12 de agosto de 1883 murió en cautiverio, en un zoológico de Amsterdam, el último ejemplar de quagga (una hembra). El quagga era una subespecie de la cebra de llanura o cebra común que vivía en Sudáfrica, con una característica distintiva: hacia la mitad del cuerpo las rayas blancas se desvanecían, y los cuartos traseros eran de color marrón liso; las patas eran totalmente blancas. Sólo tenemos fotografías de un quagga, una hembra que vivió en el zoológico de Londres; además hay 23 especímenes preservados y montados en distintos lugares del mundo.
En 1987 comenzó un proyecto para recrear el quagga usando una forma de cría selectiva llamada breeding back. Hasta poco años antes todavía se consideraba al quagga como una especie distinta a la cebra común. Pero cuando se logró extraer ADN mitocondrial de especímenes preservados de quagga se determinó que era sólo una variante, lo cual hacía factible “recuperar” los genes perdidos, ya que estos “estarían ahí” todavía en el genoma de la cebra común. Luego de varias generaciones de seleccionar y cruzar entre sí ejemplares con las características deseadas, se llegó al que hasta ahora es el animal vivo más parecido al extinto quagga: un potrillo llamado Henry, nacido en 2005.
De todas formas el Proyecto Quagga no es bien aceptado por todos. El hecho es que es imposible reconstruir el quagga tal como era; a lo más se puede lograr una cebra cuyo fenotipo (es decir su expresión genética visible) sea similar, pero para muchos zoólogos esto no es más que una imitación. Proyectos similares han logrado “resucitar” al uro (antepasado salvaje de las vacas, extinto a principio del siglo XVII) y al tarpán (antepasado euroasiático de los caballos, cuyo último ejemplar murió en cautiverio en 1875), entre otros, pero las objeciones son las mismas. Un patrón de rayas y colores no hace a un animal; los comportamientos y otras adaptaciones al ambiente también son importantes.
En el caso del quagga tenemos la ventaja de que contamos con su ADN mitocondrial, pero la tecnología actual no permite utilizarlo para clonar un ejemplar. Por ahora, revivir a un auténtico quagga seguirá siendo un sueño.
Nota del autor: La primera edición de este artículo decía que se contaba con el genoma secuenciado completo del quagga. Esto es incorrecto: como dice el FAQ del Proyecto Quagga, sólo se cuenta con porciones de ADN mitocondrial.
No le veo el punto a este tipo de experimentos, es hacerlo para ver si lo pueden hacer, nada mas.
¿Por que mejor no se dedican a cuidar a las especies que todavía existen y están en peligro de extinción?
En el caso del Proyecto Quagga, sólo ellos pueden responderte, Suyay. En forma más general, lo único que podría responderte yo es que con ese criterio no valdría la pena hacer nada de nada salvo lo que sea más urgente. (Y aunque para nosotros sea una obviedad, no es en absoluto obvio que salvar a una especie de la extinción sea intrínsecamente «bueno».)
Comparto el punto, me parece al pedo la verdad :/
Sí, no veo ninguna razón clara por la cual habría que salvar una determinada especie.
Salvo el hecho de que nos caiga simpática.
no es tonta amiga no es solo por que te aiga simpatica es por las consecuencias que hay en que se pierda esa especie por su función en su ecosistema y la cadena alimenticia..
El tema de salvar especies es importante desde el punto de vista del equilibrio ecológico. Si un consumidor secundaria no terciario se extingue en un nicho por causa del hombre (porque si fuera por causas naturales habría otro carnívoro que la hubiera desplazado) es que los consumidores primarios van a incrementar demasiado su población, acabando con las plantas, si agotan su fuente de alimentos acabarían con sus vidas.
Aunque bueno, alguien te podría argumentar que para vivir necesitamos animales y plantas domésticas nomás.
Hay dos motivos (que yo conozco) que nos pueden llevar a salvar una especie determinada. Uno es la influencia que la pérdida de esa especie podría tener en el hombre. En la edad media se mataban gatos, porque eran demonios que acompañaban a las brujas. Al haber menos gatos las ratas se multiplicaban de forma pasmosa, distribuyendo cualquier cantidad de enfermedades.
En la actualidad las consecuencias de que el coral se extinga tengo entendido que serían bastante jodidas, aunque la verdad no se específicamente que problemas acarrearía.
El otro motivo que nos puede llevar a salvar una especie determinada, o a proteger nichos en general, es la posibilidad de estudiarlos y conseguir algo que beneficie a la especie humana de ese estudio. Un buen motivo para evitar que los osos se extingan, y permanezcan viviendo en estado salvaje, es que no tenemos una idea clara de como hacen para estar durmiendo tanto tiempo sin desechar residuos (ir al baño bah). No se tiene idea de como hacen para estar tanto tiempo en esas condiciones y que eso no afecte su salud. Entender ese procedimiento podría sernos de mucha utilidad.
Hay otras especies, como el panda, que la verdad si, me parece que se las salva nomás porque son lindos. Y me parece bien la verdad. Sería deprimente que dentro de 20 años tuviéramos que hacer post de «recordando al panda».
Lo del equilibrio ecológico se entiende, es razonable,
pero eso no te dice: «salvá esta especie específica».
A lo sumo: mantengamos las cosas más o menos en orden que nos podemos extinguir nosotros mismos.
Creo que tendríamos que pensar un poco más todo el tema. Yo estoy a favor de salvar especies en peligro de extinción y reconozco que mis razones no son racionales. Quiero que haya muchas y variadas especies por la misma razón por la que me gusta leer libros de diferentes autores. El equilibrio ecológico es una tautología; ¿cuándo se puede decir que la ecología está desequilibrada, en tanto haya un ecosistema de alguna clase? A este planeta le han caído meteoritos gigantes encima y un millón de años después, como si nada.
Lo que cambia es nuestra percepción estética del ecosistema. Nos gusta vivir en un ecosistema vibrante, variado; no nos gusta vivir en un ecosistema limitado y con pocos cambios. A mí me gusta que en mi calle haya árboles; me gustaría más que hubiera árboles de diferentes especies y no sólo de una. Me gusta que haya aves, pero aquí en Rosario hay exactamente cuatro especies: palomas, gorriones, benteveos y horneros; yo quisiera que hubiera diez o veinte especies abundantes. Podemos vivir en un ecosistema donde sólo haya perros, gatos, vacas, cerdos, pollos, un par de especies de peces y una docena de especies de frutas y verduras (la mayoría de la gente come menos que eso), pero buscamos más, no porque seamos ecologistas conscientes de la importancia de la biodiversidad sino porque nos gusta la variedad. Creo que es intrínseco al ser humano buscar esa variedad. Al ecosistema tampoco le viene mal, así que ¿por qué no fomentar la diversidad? Hay un montón de cosas que sólo hacemos porque podemos hacerlas, y son mucho más tontas que crear cebras sin rayas en los cuartos traseros.
Para mí cuidar la ecología tiene bases racionales desde la perspectiva de cuidar la propia salud de los seres humanos.
El daño al medio ambiente nos repercute en graves problemas de salud,
y ni hablar de los desastres climáticos que matan gente en cada cataclismo.
Es una perspectiva egoísta, pero es la única forma realmente racional de defender el equilibrio ecológico: si nos afecta a la salud, o a nuestro nivel de vida.
Pero al hacerlo así, uno no puede decir: «salvemos cebras».
A lo sumo puede especificar ciertos parámetros generales de lo que significa «equilibrio ecológico sano o deseable para la especie humana», y tratar de respetarlo.
Si dentro de esos parámetros las cebras quedan beneficiadas, suerte para ellas.
Además, vos no sabés si estás haciendo algo bueno.
Imaginate que dentro de 10000 años, de tanto salvar osos panda, resulta que desarrollan un gen que les saca lo pelotudos que son ahora, y se vuelven la especie dominante y empiezan a esclavizar a nuestros pobres tataratataranietos, o a usarlos para orgías interespecie, o experimentos de laboratorio.
Cada especie que se las arregle como pueda.
———–
Plantar arbolitos está bien. Porque si no se nos acaba el oxígeno.
Eso, o evolucionamos a bichos que respiran dióxido de carbono.
Si, me imaginé que me iban a decir algo así. O sea, lo de cruzar cebras para que se parezcan a un quagga, me parece bastante insulso, pero bue…El tema es que pretender clonar un quagga de cero, parece una perdida de tiempo. Sería hacerlo para ver si se puede, porque no tiene aplicación posterior útil. Si después piensan repoblar África con estos bichos ahí si me parece bastante boludo. Además de que podrían desequilibrar el equilibrio ecológico establecido actualmente. ¿Y como piensan hacer eso solo con el ADN mitocondrial?
Y seamos honestos, las cebras tienen mas onda
No, Suyay, leélo con atención, justamente ellos dicen que no se pueden clonar quaggas con lo que tienen, y por eso lo hacen de esta manera. Están haciendo selección artificial, nada más. Los quaggas vivían en una determinada zona y ahí es donde están pensando repoblar. Es como una labor de restauración, básicamente, nada revolucionario. Es difícil que puedan desequilibrar nada porque la cantidad de individuos que tienen es pequeñísima.
El artículo lo escribí para mencionar al quagga en el aniversario de su extinción; no vendo el Proyecto Quagga a nadie porque aunque es interesante tampoco creo que sea gran cosa. Igualmente me gusta que haya derivado en un debate. 🙂
Si, entendí eso. Pero no creo que sea por falta de tecnología actual que no lo pueden hacer, sino por falta de material genético.
Tenés razón con lo del desequilibrio. Igual no le encuentro el sentido.
Ah no, ahora se hace cargo de lo que escribió
Si no hay conciencia de lo frágil del ecosistema van a «quaggar» todas las especies.
Yo quiero ver mamuts.