CienciaFísica

Por qué cuando viajamos envejecemos más lento

Hace hoy 132 años nacía en Ulm, Alemania, Albert Einstein. A los 21 años, recibido de profesor de matemáticas y física, nada le auguraba un gran futuro. Por eso resulta quizá sorprendente que apenas cinco años después, en 1905, Einstein (por entonces empleado administrativo en la oficina de patentes de Berna, Suiza) publicara un artículo científico que cambiaría radicalmente nuestra forma de entender el cosmos.

En este trabajo seminal sobre la relatividad especial, “Sobre la electrodinámica de los cuerpos en movimiento[PDF], Einstein demostró que la energía y la masa son distintas manifestaciones de lo mismo, que ningún objeto con masa puede viajar a la velocidad de la luz, que un cuerpo gana masa cuando es acelerado y que el tiempo y el espacio están interconectados formando un mismo ente: el espacio-tiempo.

relojes
Fig. 1

En realidad, todas estas conclusiones se desprenden de que la luz se mueve a la misma velocidad para todos los observadores, es decir, es una constante (designada por la letra c). Quizás uno de las consecuencias más contraintuitivas de esta teoría (aunque probablemente sea un podio muy peleado) son las nociones de la dilatación temporal y la contracción de la longitud. Estos dos efectos están íntimamente relacionados y la forma en la que lo están ayuda a entender el concepto de espacio-tiempo.

Supongamos un aparato consistente en dos espejos horizontales, separados por una distancia d, enfrentados de tal  manera que un haz de luz es reflejado de arriba hacia abajo y de vuelta arriba entre ellos (fig. 1).

Si estamos en reposo con respecto al aparato, vemos que la luz hace el trayecto en un tiempo determinado, t = d⁄c. Es decir, para ir de un espejo al otro tarda un tiempo que es igual a la distancia entre los espejos dividida por la velocidad de la luz. Ahora agreguemos un reloj que funciona contando las idas y vueltas (es decir, cada vez que el rayo de luz toca un espejo, el reloj hace tic y cuenta una unidad de tiempo).

relojesv
Fig. 2

Pero algo extraño pasa si metemos nuestro aparato (junto con el reloj) en un tren que se mueve mientras nosotros lo observamos desde afuera (en reposo con respecto al tren). Ahora, cada vez que la luz rebota, no lo hace en una línea vertical perpendicular al espejo, que se ha movido en el intervalo. En vez de eso hace una especie de zigzag, con un ángulo mayor cuando mayor sea la velocidad del tren. Desde nuestro punto de vista eso significa que la luz recorre una distancia más larga (fig. 2).

La luz del reloj que viaja en el tren, desde nuestro punto de vista, tarda más en ir y volver. Pero eso no puede ser porque la luz vaya más lenta, ya que la velocidad de la luz es una constante. La única solución, aceptado esto, es que el reloj, a causa del movimiento del tren, atrasa o, lo que es lo mismo, ¡el tiempo pasa más lentamente dentro del tren! Einstein razonó y demostró que una persona que esté adentro del tren va a ver que la luz se mueve de arriba hacia abajo igual que antes. De la misma manera que no notará el movimiento (si no mira hacia afuera), tampoco notará que el tiempo se ha hecho más lento para ella. Sólo lo notará si baja del tren y compara su reloj con uno que haya permanecido en reposo.

Ahora supongamos que la persona que maneja el aparato que se encuentra adentro del tren quiere medir la distancia entre dos postes de luz. Como conoce la velocidad a la que viaja con respecto a ellos (la velocidad del tren) decide medir con su reloj el intervalo que hay entre el momento en el que pasa por al lado de un poste y otro. El cálculo es sencillo: si el reloj marca n ciclos y cada ciclo dura t segundos, el intervalo será n × t. Multiplicando esta cantidad por la velocidad del tren, puede calcular la distancia sin problemas. Nosotros, al costado de la vía, haremos lo mismo.

El lector avispado ya habrá detectado la falla con este sistema. Como la velocidad de la luz que marca el ritmo de los relojes no cambia, ambos contaremos la misma cantidad de ciclos (n), pero como desde nuestra perspectiva cada ciclo dura más tiempo, el intervalo medido será mayor, y la distancia será más larga que la medida por nuestro socio a bordo del tren. O, lo que es lo mismo, ¡él verá que la distancia es más corta!

La dilatación en el tiempo implica una contracción en la longitud porque tanto tiempo como longitud están relacionados por una constante, la velocidad de la luz, que es un poco menos que 300 000 000 m/s. Al alargar el tiempo hay que acortar la distancia, y viceversa, en esa proporción.

Parecería que estos fenómenos son esotéricos, bordeando lo metafísico, pero tienen amplia corroboración empírica. Si no se tomaran en cuenta los efectos relativistas, por ejemplo, el Sistema de Posicionamiento Global (GPS), que depende de satélites en órbita, daría resultados totalmente erróneos. Los relojes de los satélites GPS necesitan dos correcciones: una por estar moviéndose con respecto a los observadores en Tierra y otra por experimentar un campo gravitacional más débil (esto tiene que ver con la relatividad general).

Muchas personas les reprochan a los científicos y a los escépticos en general que tienen la mente cerrada a fenómenos nuevos o misteriosos, o que no quieren aceptar nada si no pueden verlo y medirlo. La relatividad debería ser un ejemplo en contrario de esta visión equivocada. Es cierto que la relatividad sólo fue aceptada porque, de hecho, podemos observar y medir sus efectos. Sin embargo, se requieren experimentos y equipo muy complicados para hacerlo, y si los científicos fueran realmente tan cerrados de mente, los resultados obtenidos los harían rechazar la teoría, puesto que contradice muchas de nuestras intuiciones sobre el mundo, lo que vulgarmente llamamos “sentido común”. De hecho, ni siquiera se hubieran hecho esos experimentos si los investigadores fueran cerrados, enemigos del misterio, o dogmáticos.

Los científicos  se alegran prudentemente cuando no encuentran errores en sus teorías, pero no por eso renuncian a seguir buscándolos, ya que ésa es la única forma de progresar en ciencia. Aplicar las herramientas del escepticismo no sólo requiere buscar evidencia para sustentar nuestras creencias, también nos obliga a aceptar lo que ésta nos dice, sin importar cuánto contradiga nuestras intuiciones o expectativas.

14 comentarios en «Por qué cuando viajamos envejecemos más lento»

  • qué onda con esta sección «artículos»? es un borrador de lo que va a salir en el blog? se publica automáticamente en los dos lados? podemos comentar acá o allá?

    Respuesta
    • Daneel hizo algo para que se postee automágicamente en los dos lados, y lo mismo pasa con los comentarios, siéntase libre de comentar donde se le dé la regalada gana.

      Respuesta
  • Muy bueno el aporte.
    Ojalá tengamos más.
    Seguramente en algún momento podré aportar alguna cosa.

    Respuesta
  • Esto de envejecer lento es algo fabuloso quien no quisiera. Pero la realidad es diferente para todos. Si tuvieramos una nave que llevase a una familia de viaje al espacio durante 2 años y luego retornase estariamos viendo una familia mas joven que la nuestra.

    Respuesta
  • Esto del envejecimiento lento tiene una veta algo engañosa.
    Supongamos que una nave espacial se aleja de la Tierra a cierta velocidad constante V.
    En ese caso, desde la Tierra se ve cómo el tiempo transcurre más lento a bordo de la nave, por el fenómeno de dilatación del tiempo relativo.
    Pero desde la nave también se ve cómo en la Tierra el tiempo transcurre más lento, porque desde el punto de vista de la nave espacial, es la Tierra la que se aleja a velocidad V.
    Entonces, cuando la nave vuelve a la Tierra, ¿quién de los dos es el más joven, o el más viejo?
    Esto es básicamente la paradoja de los gemelos.
    Uno es más viejo que el otro, y el otro más viejo que el uno… mmmm
    Pero eso en realidad no ocurre, ya que si la velocidad es constante V, como dijimos, entonces la nave nunca vuelve a la Tierra.
    Para que la nueva «vuelva» a la Tierra, hacen falta en el medio «cambios de aceleración».
    También hacen falta «virajes», que se computan como cambios de aceleración.
    Y entonces ahí, es la Relatividad General la que se aplica (en lo anterior era sólo la «R. Especial»), y se corrige la paradoja, haciendo más joven al tipo que se fue al espacio.

    Respuesta
  • Muy bueno Daneel! Tenía una vaga (muuuy vaga) idea de esto. Ahora tengo una idea un poco mas clara
    Gracias por el aporte!

    Respuesta
  • Pingback: Neutrinos más rápidos que la luz « Círculo Escéptico Argentino

  • el tiempo en una masa siempre es lento, ahora lo que no entiendo es en un agujero negro no existe el tiempo es lo que muchos cientificos dicen viene una pregunta interesante estos ovjetos por su masa deven de tener tiempo

    Respuesta
  • ¿Y el escepticismo dónde está? ¿no se les ocurrió que la ciencia de la física pudo haber sido tomada por sus enemigos, como en esas colmenas donde a las abejas le sustituyen la reina sin que se den cuenta? Está claro que el movimiento relativo rectilíneo uniforme no puede producir desincronización de los relojes, porque, justamente, el movimiento es relativo. Lo que atrasa los relojes es la aceleración, lo cual no es más asombroso de que atrase por sucio u otra causa así de ordinaria. Y lejos de justificar esperanzas de viajar en el tiempo y delirios por el estilo.

    Respuesta
  • Pingback: Estacionando en el garaje relativista | Taringa Descargas gratis

  • Pingback: Resonancia Schumann y conspiraciones de aceleración temporal | Círculo Escéptico Argentino

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

*