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El negocio de la Placentofagia

Resulta que ayer una chica me escribe por Facebook contándome que su hermana tiene un negocio en Los Angeles, y me preguntó si podía chequearlo y brindarle mi opinión al respecto, ya que sus intenciones eran las de traer ese negocio a Argentina.

Este negocio es la venta de cápsulas de placenta, y la empresa se llama The Feel Good Company Placenta Encapsulation.

La página de Facebook solo cuenta una anécdota muy conmovedora sobre como una mujer que se entera que comer placenta está piola, lo cual es motivo suficiente para realizar tal acto y querer armar una empresa que se encargue de encapsular tu placenta y vendértela.

O sea… no solo te comés la placenta, sino que existen empresas que se dedican a encapsularlas y venderlas como si fuese un comprimido de paracetamol.

250px-Placenta.svgLa placenta es un órgano temporal que se desarrolla en el útero del mamífero hembra con la finalidad de abastecer de nutrientes al feto que se encuentra adentro, y producir hormonas durante el embarazo (hay algunos casos donde se desarrolla placenta sin feto, pero es tema aparte). Esta placenta es expulsada del útero durante la tercer etapa del parto (alumbramiento), luego de la expulsión del feto.

Resulta que muchos mamíferos (incluso herbívoros) se comen la placenta luego de dar a luz, hecho que se conoce como placentofagia. Es un comportamiento cuya causa no se conoce con certeza, aunque hay varias teorías al respecto.

Aparentemente los Homo sapiens nos escapamos de esto. Un estudio encontró que de 179 sociedades contemporáneas, sólo una practica la placentofagia materna. Existen algunas pocas referencias de placentofagia en la cultura chicana, aunque todo apunta a que se trata de una práctica reciente, y se desconoce su popularidad. En cuanto a placentofagia no materna se encuentran sólo tres referencias. La placentofagia está conspicuamente ausente de las costumbres humanas.

Por su lado, un artículo dentro de la web Placenta Benefits argumenta que debe haber algún propósito evolutivo para la placentofagia en los animales que la practican y que nos hemos olvidado de ella. Pero como bien nota un estudio en Ecology of Food and Nutrition, si los humanos hemos eliminado ese comportamiento biológico, quizás es porque existen buenas razones adaptativas para no comer la placenta. Por ejemplo, una hipótesis es que las humanas primitivas estaban expuestas regularmente a humo y ceniza que contenían sustancias tóxicas; como éstas son filtradas por la placenta, su consumo podría haber tenido efectos nocivos.

Pero ya hemos escuchado muchas veces sobre esta práctica, siendo el caso más conocido para mí el de Tom Cruise , aunque realmente dudo que lo haya hecho y tampoco me interesa.  Escarbando más pude encontrar que existen preparados de la oh-tan-sabia-y-antiquísima Medicina Tradicional China que contienen placenta humana; entonces entendí la conexión con el tag Medicina Tradicional China de la página The Feel Good Company Placenta Encapsulation… Ya se puede oler la pseudociencia.

placenta-pills

Está bien, pensé; démosle una oportunidad, ya que sin caer en la falacia de que es bueno comer placenta porque los animales lo hacen, podemos analizar que la placenta es un órgano que tiene gran cantidad de hierro que podría servir para palear la anemia post-parto, tiene gran cantidad de prostaglandinas que estimulan la involución del útero a su tamaño normal, posee opioides que disminuyen el dolor del parto y gran cantidad de hormonas como el estrógeno y la progesterona, que participarían de la prevención de la depresión post-parto y otras complicaciones del parto y contribuirían al aumento de la producción de leche. O al menos eso es lo que los defensores de la placentofagia nos dicen.

La cuestión es que a raíz de esto, algunos encontraron un mercado dispuesto a comprar placenta debido a los “grandes beneficios ampliamente demostrados” del consumo de la placenta y del asco que a algunos les causaba consumir 500 gramos de algo que sale por la vagina. Entonces… ¿qué mejor negocio que hacerlas pastillas y venderlas? Si, así es… Estas compañías se dedican a tomar tu placenta, someterla a un método de deshidratación, encapsularla y dártela en unas cómodas pastillas dispuestas en dosis, por una módica suma de 250 dólares.

Evidentemente la gente asocia el hecho de que si la placenta tiene hierro, estrógeno, progesteronas, opiodides y prostaglandinas podría recuperar nutrientes invertidos, evitar la escasez de leche y la depresión post-parto. Esto es obviamente alentado por las compañias que venden las cápsulas, como Placenta-Preparation Service, que dice:

La placenta tiene grandes propiedades restaurativas para asistirte con tu recuperación postparto. Contiene muchos nutrientes vitales incluyendo hierro, proteínas, vitamina B6 y las hormonas que excreta durante el embarazo. De la misma manera que sostuvo y nutrió a tu bebé, la placenta, preparada cuidadosamente, nutre a la madre postparto. Sostiene la lactancia y asiste en la involución del útero hacia su tamaño previo al embarazo. Facilita una recuperación postparto aumentando la energía materna y facilitando las transiciones.

Se cita un estudio de 1954 que aparentemente demuestra los beneficios que el consumo de placenta tiene sobre el aumento de la disponibilidad de leche… Pero no tiene un buen grupo control, los resultados no fueron cuantificados y luego de más de 50 años nunca fue replicado, así que mejor ni lo contemos.

Según un artículo en Science-Based Medicine por Harriet Hall, los artículos citados por Placenta Benefits no cumplen ningún requisito para considerarlos evidencia, ya que todo lo mencionado (nueve estudios) son modelos en ratas, especulaciones sobre el comportamiento que tendrían los nutrientes de la placenta al ingerirla (sin mención alguna de la placentofagia) e incluso una referencia que cita al estudio de 1954 para categorizarlo como un “estudio poco riguroso”. Finalmente Hall concluye que:

La ciencia no ofrece pruebas suficientes para apoyar o rechazar la placentofagia como una práctica saludable.

Más allá de las especulaciones, la conclusión es que no hay buena evidencia que avale los beneficios proclamados por los defensores de la placentofagia.

11 comentarios en «El negocio de la Placentofagia»

  • Excelente atículo, bastante información, buena investigación. Vale también preguntarse ¿Por qué no hay investigaciones científicas acerca de a placentofagia? les invito a esta lecturs http://www.placentera.com/1/post/2012/08/encapsular-la-placenta-la-historia-de-la-evidencia-que-no-fue.html

    El Internet está colmado de testimonios positivos, y un puñado de testimonios negativos acerca de las «placenta pills» en muchso lugares más que un empresa es un servicio que se presta a una mujer, para asistirla y acompañarla en su posparto. Un fuerte abrazo! buen escepticismo 🙂

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    • No estoy de acuerdo con lo que dice ese artículo. No es necesario ir de lleno con un ensayo clínico doble ciego con control de placebo con una muestra de 1000 sujetos y un costo de millones de dólares. La investigación médica siempre va de a poco, primero con ensayos pre-clínicos en modelos de computadora, experimentos con tejidos in vitro, y en animales pequeños. Recién si las pruebas de esas etapas son prometedoras se realizan los ensayos clínicos de Fase 1, 2 y 3.
      Cualquier universidad o empresa privada puede realizar los ensayos pre-clínicos y luego si muestran potenciales efectos benéficos se pueden financiar ensayos grandes mediante financiamiento estatal. Me imagino que cualquier estado va a estar más que entusiasmado en un nuevo ‘medicamento’ barato, seguro y efectivo.

      Es mi opinión, Diana, que el argumento de que no hay evidencia porque las malvadas multinacionales no hacen los ensayos es irrelevante. Y me parece que alguien que publicar que no hay evidencia de que un producto funcione en una página web que vende estos mismos productos es deshonesto.
      Bajo esa escusa yo podría vender CUALQUIER tipo de medicamento, tratamiento, remedio o práctica médica sin necesidad de demostrar efectividad y seguridad.
      Ah, y las anécdotas no cuentan: https://circuloesceptico.com.ar/2012/09/el-problema-con-las-anecdotas/

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    • Hola Diana! Gracias por el cumplido 🙂

      ¿Por que no hay investigaciones sobre la placentofagia?
      Quizás porque a nadie se le había ocurrido comerse su placenta hasta que afloró nuevamente esta tendencia New Age de «volver a los orígenes» y conectarnos con Madre Natura.
      Internet está colmado de muchas cosas… No veo porque los testimonios sean sugerentes de efectividad. Es más, probablemente las personas que se acercan a este «tratamiento» es porque creen que funciona y por lo tanto estan sesgados a la hora de analizarlo objetivamente y su balanza va a dar siempre a favor de su terapia alternativa.
      Lo mismo pasa con el Reiki, la homeopatía y hasta con la activación de los códigos cetáceos (Si, existe eso)

      Te invito a hacerte estas preguntas cuando escuches hablar de los beneficios de la ingesta de placenta.
      – ¿Que hubiese pasado si no hubiese tomado la placenta? Aparentemente muchas mujeres se recuperan adecuadamente sin ingerir placenta. Mi mamá es un ejemplo de ello… Ah! Cierto que las anéctdotas no cuentan 😉
      – En caso de haber obtenido un beneficio. ¿Como podemos saber si el mismo fue producido por la ingesta de la placenta y no por otra variable que no tuvimos en cuenta? Quizás ejercicio físico, buena dieta, suplementos alimentarios (que funcionan), descanso o el mismo océano de oxitocina y dopamina secretado durante la lactancia.

      Concuerdo en que quizás se podrían hacer estudios al respecto ya que parece haber poca evidencia en esa área. Pero una cosa es afirmar un beneficio sin pruebas y otra cosa es sugerir una hipótesis capaz de ser comprobada.

      Saludos!

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  • Muy buen artículo, entretenido, bien redactado y bien fundamentado.

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  • Diana, interesante. El estudio es prometedor, probando el tratamiento en ratas y con un grupo control. Sin embargo hay varios problemas.
    El primero y principal es que el objeto del estudio es la reparación de heridas, lo cual no parece tener mucho que ver con las afirmaciones de quienes promueven la placentofagia. No hay mención alguna de depresión post-parto, recuperación de hierro ni nada de eso. No sólo eso, sino que los tratamientos evaluados no tienen nada que ver con la placenta encapsulada. Se compara el efecto de no-tratamiento, un antibiótico, extracto de placenta humana (EPH) por vía intramuscular y extracto de placenta en forma tópica, no la ingesta de placenta.
    Esto no significa que el estudio no tenga valor, sólo que no sirve para apoyar las afirmaciones de quienes promueben la placentofagia.

    En cuanto a las cuestiones metodológicas, hay varios problemas que son obvios. El tamaño de la muestra es bastante chico; de sólo 6 ratas en cada grupo. El grupo que no recibió tratamiento no es un verdadero control, porque no tienen en cuenta el efecto placebo. Tendrían que hacer comparado el EPH por vía intramuscular con solución salina administrada por la misma vía por un lado, y EPH tópica vs. alguna crema inerte. De paso eso serviría para el tema del doble ciego, ya que se asegurarían que quienes administran los tratamientos y evalúan las heridas no sepan si están administrando la substancia o el placebo (especialmente importante para la medida «Wound index» que es puramente subjetiva).
    También me confunde que en el texto dicen haber registrado las varias variables a los 3, 5 y 7 días pero la tabla 2 sólo muestra una de las mediciones (no sé si es en la última, o algún tipo de promedio o qué) y tampoco sé en qué registros se basan para hacer el análisis estadístico.
    Hablando de análisis estadístico, una gran falla, en mi opinión, es que todas las comparaciones se hicieron con respecto al grupo sin tratamiento. Dice que el mejor «Wound Index» se dio en el grupo que recibió EPH por vía intramuscular, pero el p-valor que usa es con respecto al grupo sin tratamiento, no con respecto a los otros tratamientos. Mirando la tabla, notando las distintas inconsistencias (el grupo con antibiótico fue el que menos tardó en curarse, pero el menor tamaño de la herida fue el del grupo EPH intramuscular, por ejemplo) y viendo que los autores no hicieron la comparación, me arriesgo a sostener que las diferencias entre los distintos tratamientos no son estadísticamente significativas.

    Más allá de todos esos problemas, no es implausible que la placenta pueda servir para reparar heridas. Buscando en pubmed encontré este paper que afirma que el extracto acuoso de placenta humana promueve la actividad de enzimas colagenasa mediada por una protenía similar a la ubiquitina. Pero la verdad que ya esto supera mi conocimiento para evaluarlo.
    Este es otro paper que quizás te interese, en el que se usa matriz extracelular derivada de placenta humana para reparar heridas. Me imagino que esto estará relacionado con la presencia de células madre en la placenta, ¿no?

    Si me permitís una propuesta, un experimento factible a llevar a cabo sería el tratamiento en humanos de extractos de placenta de animales no-humanos. Estoy seguro que las compañías que crían ratas para laboratorio estarían encantadas en poder vender la placenta de los neonatos en vez de descartarlas como basura médica 😛

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    • Te soprendería que ya lo hace, hace unos años un hospital ingles fue capturado vendiendo placenta humana a compañias farmaceuticas que lo usan para cremas antiarrugas. Acerca de la reparación de tejidos ien puede beneficiar a la recién parida, ya que el lugar en el que se implanto la placenta en el utero deja una herida que va cerrando y sangrando (conocido como loquia) a ayudar a reparar y cerrar esta herida los dias de loquia se han visto disminuidos.

      Muy interesante y de altura este intercambio, me quito el sombrero!

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      • No me soprendería que lo hagan, uno de los mercados mas cotizados es de la cosmética y las personas compran lo que sea con tal de no aceptar un proceso biológico del cual nadie escapa.
        Ahora… Debemos desambiguar el hecho de que no fue «un hospital inglés» el que vendía placenta, ya que eso implicaría que este participando todo el personal del mismo y eso es poco probable. Quizás fueron algunas personas (¿Por que no una?) que extraían las placentas de la sala de partos de manera clandestina, ya que la misma es considerada residuo patógeno.

        De nuevo remarco el punto que no dejan de ser hipótesis: «Acerca de la reparación de tejidos ien puede beneficiar a la recién parida…»
        Está genial hacer hipótesis! Me encanta!
        Pero de nuevo recaemos en lo mismo… Las personas que afirman que consumir placenta es beneficioso y que eso esta comprobado científicamente estan cayendo en el mismo error, asumen las hipótesis como hechos, cuando en realidad no hay ningún estudio que lo avale.

        En este caso, estas haciendo una hipótesis utilizando un estudio sobre reparaciones de tejidos aplicados al post-quirúrgico. Totalmente válido.
        Pero… El tejido endometrial no es para nada el mismo que los demás tejidos del organismo.
        Además, esa lesión producida en el útero por la placenta es un mecanismo biológico producto de la evolución y no necesita para nada un suplemento para regenerarse, ya que despues del parto el útero comienza a involucionar hasta alcanzar su tamaño normal gracias a la liberación de prostaglandinas y oxitocina durante la lactancia.

        Los casos en que no deja de sangrar son causados por factores ajenos a los mecanismos de regeneración tisular basados en la producción de colágenos, ya que estos llevan varios días y la detención de sangrado del útero después del parto es producido por vasoconstricción, es decir, las arterias se cierran para que no sangren más.

        El loquios es una secreción NORMAL que se elimina de la vagina durante el puerperio (post-parto). 🙂

        Saludos!

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      • Bueno, pero según este paper para reparar cualquier herida en el útero habría que aplicar EPH de forma tópica sobre la misma 😉
        Igual yo hablaba de placenta de animales, no de humanos, para eliminar los problemas éticos y logísticos de utilizar tejido humano de forma terapéutica.

        Gracias, yo también disfruté del intercambio.

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