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Sexo seguro (parte 2)

Sexo Seguro (www.sexoseguro.mx) dice ser “una organización… que promueve la divulgación de información científica relacionada con el inicio de la vida sexual en la adolescencia y la juventud, la anticoncepción, el aborto…”. En la primera parte de este dossier mostré con algunos ejemplos cómo esta organización, que a todas luces es un brazo de la Iglesia Católica, divulga desinformación apoyándose en estudios científicos irrelevantes o mal interpretados, cuando no simplemente mentiras.

En esta entrega le toca el turno a la información sobre anticoncepción.

Para empezar debemos aclarar los términos. Para la Iglesia Católica el estatus de persona humana existe desde la fecundación (unión del óvulo y el espermatozoide para formar el cigoto), y sus referencias al aborto se hacen dentro de esa visión. Para la medicina, no obstante, el aborto es la interrupción de un embarazo, y el embarazo se define desde la implantación del cigoto en la cavidad uterina (o, en el caso de los embarazos ectópicos, en otro lugar, siendo casi siempre inviables). Para quien comparta la visión de la Iglesia Católica, un método anticonceptivo que impida la implantación es abortivo. El DIU, por ejemplo, entra en esta definición, de ahí la cita [1] en la página de la que hablamos.

El caso de la “píldora del día después”, que en realidad no es una sola sino una colección de drogas diferentes, es más difícil de elucidar, pero parece que la duda sobre si podría evitar implantación del cigoto (cita [2]) es infundada: varios estudios recientes han demostrado que no es así en el caso de las píldoras que utilizan sólo la droga levonorgestrel, por lo cual éstas no son abortivas ni siquiera para la definición ad hoc que utiliza la Iglesia Católica.

Desde el momento en que se utiliza una definición de la palabra “aborto” que no se corresponde con el uso habitual en medicina y en salud pública, sino con la visión doctrinaria de una religión, se engaña a los lectores. Si esto se dejara explicitado, no habría objeciones que hacerle, excepto la observación de que esa falta de rigurosidad en las definiciones no se condice con la pretensión de divulgar “información científica”.

En cuanto a los efectos secundarios de los anticonceptivos hormonales, que la página de Sexo Seguro enumera con detalle estremecedor, no son más que lo que viene impreso en los prospectos. Es debido a estos efectos secundarios que antes de utilizar cualquier droga, especialmente de forma prolongada, se debe consultar al médico, y controlarse periódicamente. La razón por la que se aprueban y se ponen a la venta medicamentos es que se considera que los efectos terapéuticos, positivos, balancean y sobrepasan los riesgos de los efectos adversos.

Hay mujeres que deben evitar quedar embarazadas por razones de salud; hay otras que no desean quedar embarazadas porque temen por la salud de su potencial bebé (en el caso de mujeres de edad próxima a la menopausia, por ejemplo, o mujeres que portan un desorden genético heredable). Muchas otras mujeres desean retrasar o evitar el embarazo simplemente porque no podrían sostener económicamente a un hijo. En todos los casos, si las repercusiones de quedar embarazadas son importantes, la mujer puede decidir que los riesgos asociados a los anticonceptivos valen la pena. (También puede recurrir a la abstinencia, por supuesto, pero habiendo alternativas no es ético presentárselo como la única opción.) Hay que decir también que los anticonceptivos hormonales actuales causan muchos menos trastornos que aquellos que se empleaban hace unas décadas.

De poco sirve arrojar ante el usuario potencial de un medicamento una lista de terribles riesgos, salvo que se desee asustarlo en vez de informarlo.

De la larga lista de efectos adversos podemos quizá tomar, por su relevancia, el cáncer de mama. El estudio citado en este caso [14] es un metaanálisis, es decir, su calidad depende de la calidad de los estudios fuente, que no conocemos, y además se restringe a algunas mujeres. Otros estudios han dado resultados opuestos (según el Instituto Nacional del Cáncer de los Estados Unidos): los anticonceptivos orales no incrementan el riesgo de cáncer de mama, o bien lo incrementan muy levemente y dejan de producir este efecto al tiempo de ser abandonados. Los anticonceptivos orales también incrementan el riesgo de cáncer de cérvix, pero de hecho el factor de riesgo importante en este caso es la infección por virus del papiloma humano (HPV). Como para complicar más la cosa, resulta que los anticonceptivos hormonales reducen significativamente el riesgo de cáncer de ovario y de cáncer de endometrio.

Hasta aquí hay omisión de datos y simplificación exagerada. Pero la frutilla del postre es la frase final:

Varios estudios han demostrado que el consumo de anticonceptivos orales se asocia con aumento en la infección del VIH.

El lector no advertido supondrá que tomar anticonceptivos hace más probable que uno se enferme de SIDA. Ésa, obviamente, es la intención de estos vendedores de miedo. Pero ¿qué dicen esos “varios estudios” (dos)?

El primer estudio citado [16] es un metaanálisis de estudios sobre mujeres en riesgo de contraer HIV-1 y encontró una asociación significativa entre el uso de anticonceptivos orales y el contagio (técnicamente, seroincidencia) de HIV-1. No hay indicación de vínculo causal entre una cosa y la otra. Es posible que algunas mujeres, sin información sobre el tema, estén usando anticonceptivos como si fuesen un medio universal de protección contra todas las consecuencias de tener relaciones sexuales. La recomendación de los autores no es muy sorprendente: “Para mujeres en riesgo de infección de HIV-1, el uso de anticonceptivos orales para la prevención del embarazo debe ser acompañado por el uso de condones para la prevención de la infección por HIV-1”.

La otra referencia [17]  es un estudio sobre HIV-1 y virus del herpes simplex 2 (HSV-2) que encontró un vínculo significativo (aunque no una explicación causal) entre el uso de anticonceptivos orales y la incidencia de HIV-1, sin tener en cuenta el uso de preservativos. El único pequeño detalle es que dicho estudio se realizó sobre prostitutas africanas, un grupo de altísimo riesgo que difícilmente represente al común de las mujeres. Otro estudio, de gran calidad, no encontró tal correlación. Se han propuesto mecanismos por el cual el uso de anticonceptivos hormonales, al alterar el revestimiento uterino, podrían hacer de éste un medio más favorable para la infección por HIV, pero no se ha demostrado que esto ocurra realmente.

Los terroristas discursivos de Sexo Seguro parecen considerar que las personas utilizan anticonceptivos sólo a causa de una propaganda comercial incesante y de una cultura que alienta la promiscuidad. La promoción del uso de anticonceptivos (y su provisión gratuita por parte de los gobiernos) siempre debe venir acompañada de campañas de educación sexual honestas, que incluyan el aliento del uso del preservativo y la adopción de conductas de prevención y reducción de riesgos. Si a veces estas premisas no se respetan, se trata de una falla de las campañas, no de los métodos promocionados. La Iglesia Católica, sin embargo, se opone siempre por principio a estas campañas y a la educación sexual a nivel escolar, ya que la mera difusión de la existencia de alternativas a su doctrina se considera inmoral. (Otras iglesias cristianas también hacen su parte, pero notablemente, la mayoría de las iglesias evangélicas no consideran pecaminoso el uso de mecanismos de anticoncepción, en tanto no tengan efectos abortivos.)

En la siguiente entrega hablaremos de las falacias de Sexo Seguro sobre la homosexualidad.

19 comentarios en «Sexo seguro (parte 2)»

  • Pablo, muy bueno tu post. Sólo quería señalar que además de los motivos muy atendibles que mencionás por las cuales muchas mujeres (o parejas)no desean tener hijos, también hay algunas que simplemente no tienen el deseo de tenerlos porque entienden que sus vidas están bien sin ellos. Y es importante tenerlo en cuenta.
    Creo que a Sexo Seguro les faltó mencionar el famoso método de la aspirina entre las piernas, fuertemente pregonado en el colegio religioso al que tuve la desgracia de asistir. Y si eso no alcanzara, también se puede recurrir a la mortificación, alternativa que también nos mencionó cierta religiosa que nos daba catequesis (!).

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  • Daneel, se me ocurren varios chistes que dejaré para otra ocasión; sólo te diría que si está el deseo de pecar, hay que apelar directamente a la mortificación…

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  • Daneel Olivaw dijo:
    Ese método de la aspirina tiene un fallo evidente. Lo único que hay que hacer para notarlo es inclinarse.

    XD

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  • Las mismas viejas prejuiciosas que se la pasan rezando rosarios todo el día en la iglesia, y que hinchan las pelotas con estas recomendaciones del catolicismo, son las mismas que después garchan con el cura. Porque el cura se las garcha, y no me digan que no, porque yo sé que sí.
    Si los veo, me entero, me cuentan, se saben detalles. Todo el mundo sabe todo.

    Las pendejas que se la pasan en la iglesia andan todas enamoradas de los curas más jóvenes, los persiguen para volteárselos. ¿Vos creés que los tipos se aguantan y que son de fierro?
    Obviamente no.

    Es todo un discurso hipócrita el de la Iglesia y de la comunidad religiosa.

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  • Mira, puede ser que las chicas corran a los curas jovenes, pero la mayoria de los curas que satisfacen sus deseos sexuales, son gay, los seminarios son una sucursal encubierta de GLAM o de AMERICA, a ellos les gusta hacerlo con muchachos y entre la liturgia y la culpa. Las mujeres que corren curas, mas que hipocritas son ingenuas o perversas.

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  • Bueno, la próxima entrega de Pablo será sobre la homosexualidad. Quizás haya algunos curas interesados :).Por lo que leí en la página de Sexo Seguro, no tendrá desperdicios.

    Con respecto a lo que señalan sobre la vida sexual de los sacedortes, creo que lo criticable es la doble moral y la hipocresía impuesta por su pertenencia a la iglesia católica. Salvando ese tema, un sacerdote es una persona como cualquier otra, con deseos sexuales, grandezas, debilidades, etc. Aunque no lo conozco directamente, sé del caso de un sacerdote católico, en pareja desde hace muchos años y con un hijo que sigue al frente de una pequeña parroquia en el Gran Buenos Aires, estando toda su comunidad al tanto de esta situación. Creo que así como se han dado otros cambios sociales -hace muy poco era impensable el matrimonio gay-, en la iglesia católica también se darán aunque seguramente será un proceso muy arduo y muy lento.

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  • Estoy de acuerdo con el articulista en que «La razón por la que se aprueban y se ponen a la venta medicamentos es que se considera que los efectos terapéuticos, positivos, balancean y sobrepasan los riesgos de los efectos adversos». Pero en el caso de anticonceptivos no podemos hablar de medicamentos, pues no se está curando una enfermedad, sino que se pretende modificar ciertos funcionamientos del organismo.
    También donde dice que lo que la página de Sexo Seguro «enumera con detalle estremecedor, no son más que lo que viene impreso en los prospectos. Es debido a estos efectos secundarios que antes de utilizar cualquier droga, especialmente de forma prolongada, se debe consultar al médico».
    Los anticonceptivos se toman en forma prolongada (aunque los médicos piden 1 mes de abstinencia por año). Deberíamos creerle a los prospectos, porque quienes los fabrican y venden dicen eso.

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    • Paco: es correcta tu aclaración; un anticonceptivo hormonal no es un medicamento. Sin embargo, un embarazo sí tiene efectos adversos habitualmente, y puede tener efectos adversos graves en casos particulares, además de que por supuesto tener un hijo y verse obligada a criarlo es considerado un efecto adverso para algunas mujeres.

      Entiendo que tu frase «Deberíamos creerle a los prospectos, porque quienes los fabrican y venden dicen eso» es sarcástica, pero antes de contestar prefiero que explicites lo que estás queriendo decir.

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  • Pablo DF:

    no lo dije en sentido sarcástico. Si quien tiene interés en que se venda dice que es peligroso, por algo será. Entiendo que es para prevenir acciones legales, pero si está significa que el riesgo existe.
    Sé que si leo el prospecto del geniol puedo tener un infarto. Es remoto el peligro de infarto y me duele la cabeza, por lo tanto lo tomo. Pero si tuviese riesgos cardíacos tomaría paracetamol, que me va a atacar el hígado. Pero como te dije los anticonceptivos no son medicinas. Entiendo que «ponen remedio» a algo, pero ese «algo» (períodos de fertilidad) no es una enfermedad. Me parece que el preservativo es menos complicado desde el punto de vista del cuerpo de la mujer, pero tal vez implica más responsabilidad.

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    • Mis disculpas, Paco. Es que uno en el mundillo se acostumbra a que vengan a acusarlo de trabajar para las Malvadas Corporaciones Farmacéuticas™ y tu frase me sonó sarcástica. En realidad yo no pienso que uno deba fiarse sin más de lo que diga un prospecto, ya que hay un interés económico por vender el producto, pero si el prospecto es tan horrible debe ser porque lo que dice es innegable (si no fuera innegable las farmacéuticas lo suavizarían).

      Efectivamente el preservativo es mucho menos complicado y además sirve para prevenir otras cosas. Por eso se recomiendan ambos.

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  • Los prospectos de los medicamentos dicen cosas como «posibilidad de infarto», pero sólo para cubrirse legalmente.
    Que un geniol cause un infarto, es improbable.
    Capaz que un día un tipo tomó en geniol y dio la casualidad que ese mismo día se infartó.

    Y bueno, el prospecto se defiende: «no digas que no te avisé, ahora no me ventas con tus abogados a romperme las pelotas».

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  • Anonimo dijo:
    Pero como te dije los anticonceptivos no son medicinas.

    Los anticonceptivos orales son medicamentos, poseen actividad farmacológica.

    PabloDF dijo:
    En realidad yo no pienso que uno deba fiarse sin más de lo que diga un prospecto, ya que hay un interés económico por vender el producto, pero si el prospecto es tan horrible debe ser porque lo que dice es innegable (si no fuera innegable las farmacéuticas lo suavizarían).

    En realidad lo que dice el prospecto es para cubrirse legalmente de cualquier efecto adverso que podría ser causado por el uso del medicamento.

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  • Los prospectos de pastillas anticonceptivas no son tan terribles tampoco.
    No tengo ninguno a mano, si no transcribiría lo que dice.
    Lo que si, son muy completos, por lo menos de la marca que yo consumo, muestran los estudios y los resultados con los porcentajes de personas testeadas que presentaron efectos secundarios y las que no. El efecto secundario que más se daba era dolor de cabeza, pero eso de por si también es un común síntoma para muchas mujeres durante su etapa menstrual.

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  • Ayer mientras venia para mi casa pase cerca de una iglesia y veo que todos se persignan (o como se escriba), volteo y veo luces de colores saliendo de uno de los cuartos o no se que sean, habia musica y todo el rollo y chavitos de como 15 años en uno de los balcones besandose bien prendidos, digo si eso es en la iglesia, que no haran en sus casas

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  • ¿A quien tengo que pedirle que por favor saque ese Informe sobre la Marihuana que tiene ahí guardado, listo para salir a sucumbir por todos lados?

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