Me quedé con el comienzo del último párrafo: “Y eso es todo lo que podemos decir, o al menos, todo lo que nos sale.” Suena, o tal vez es proyección mía, a que hablar de estas cosas a veces deprime. Gente que necesita creer en algo porque los hace felices o porque les da pie para dar ‘buenas nuevas’ a los demás hay por todos lados. Por lo demás los ufólogos parecen ser bastante benignos, no tienen lobbies para decirle a los demás cómo vivir.