Yo personalmente no considero que a través del hacking (entre otras «actividades») se pueda profesar la libertad… es contradictorio.
Además el sólo hecho de la obsesión y persecución no condicen lógicamente con una búsqueda de la libertad como ideal.
Y el enmascaramiento genera la sensación inmediata de una actitud cobarde, ladina y poco confiable.
Es buena la idea, pero la forma de llevarla a cabo la hace inválida, es otro fanatismo claramente in crescendo.