Lo único que se puede saber como concreto es que el niño lo vive como el regreso a lo uterino de la madre, lo placentario o «placentero» (placer).
Considerar pensamientos específicos, ya sería especulativo, y probablemente erróneo, pues no existen pensamientos concretos a esa edad, sino sensaciones de tipo oníricas, aún ligadas al estado intrauterino.
A partir de los 4 ó 5 irá despertando al pensamiento definido como lo concebimos en vigilia ordinaria los adultos.