De hecho pensaba decírselo dando vuelta el argumento estúpido que sabía que iba a utilizar, de esta manera:
– Papá, qué pensarías si te dijera que soy un asesino serial, violador empedernido, sádico y pervertido? Bueno, sólo soy ateo hace mucho, y desde entonces soy una mejor persona.
Pero fue tan repentina su pregunta que simplemente fui sincero y ya. jajaja