Re: ¿Es el Movimiento Zeitgeist un movimiento pseudocientífico?
Hola, Suyay:
No importa que no sepas nada de Economía, es común. Siempre me llamó la atención que entre los escépticos tan pocos nos interesemos en el tema; quiero decir: todos leemos algo de medicina para que no nos enchufen homeopatía, algo de física para que no nos enchufen la cuántica de Deepak Chopra, pero ¿nadie lee economía para que no nos enchufen la pseudociencia Neoliberal? Con la cantidad de gente afectada por las políticas económicas, es algo que no me entra en la cabeza. Pero, bueh, al tema. Esto me va a tomar varios post para explicarlo bien (hay muchos conceptos), así que teneme paciencia.
Valor/precio. El quid, me parece, es que la escasez no aumenta el valor (que no es lo mismo que precio) y no aumenta el precio por lo que vos creés.
Valor. La teoría del valor-trabajo decía que los productos valen por sí mismos; la teoría de utilidad marginal dice que CADA UNIDAD del producto vale diferente para CADA CONSUMIDOR.
Ejemplo. Un artesano fabrica un G.I. Joe y un Halcón Galáctico (estoy revelando mi edad, je); los dos tienen la misma cantidad de plástico, iguales gastos de producción y consumen el mismo trabajo.
Para la teoría del valor-trabajo, los dos valen lo mismo y punto (digamos que, en billetes, vale $10). Para la teoría de utilidad marginal, ese valor objetivo varía según la subjetividad del consumidor; en mi caso, un G.I. Joe vale (estoy dispuesto a pagar) $1 como mucho, y un Halcón, $30 (porque soy ultrafanático); pero además, esos $30 es lo que vale el primer muñeco que compro, si ya tengo uno, quizá pague $20 por el segundo, y si tengo quince, probablemente me tengan que regalar el décimosexto para que lo acepte.
El precio. El precio depende de la interacción entre el valor “objetivo” del producto y el “subjetivo” que los consumidores le dan. El productor tiene un mínimo para el precio de venta: $10, el costo, pero no le hace asco a la idea de venderlo más caro. CADA consumidor, tiene un máximo al precio de compra (el valor subjetivo que le adjudica), pero no le hace asco a pagar menos. Lo IMPORTANTE es que nadie paga por un producto más de lo que cree que vale y esa creencia es independiente del precio: para mí un Halcón vale $30 y punto, si lo venden a $40 no lo compro y si lo venden a $20, sí.
Y ahora llegamos al núcleo: como la escasez aumenta al precio, pero no el valor, menos gente va a comprar el producto cuando suba el precio y voy a terminar ganando menos. ¿Por qué?, porque el valor que la gente le adjudica a un producto se distribuye, en líneas generales, en forma de campana.
Para ganar lo mismo CREANDO escasez, tengo que aumentar mi ganancia por unidad en el mismo módulo (en realidad, más, por los gastos fijos) en que reduzco la oferta. Si yo vendo pan a %7/kilo y le gano $2/kilo, cuando recorte el suministro a la mitad, tendría que venderlo a $9/kilo para ganar lo mismo. El problema que difícilmente TODOS mis compradores sigan comprando el pan a $9, pierdo a todos aquellos compradores para los que esa subida deja el pan por encima del valor que ellos le dan.
Excepciones. Hay dos relevantes.
Por un lado, hay productos en los que el aumento de precio no altera normalmente la demanda; por ejemplo, la insulina para un diabético, pues éste juntará la plata como sea para comprarla. Esto puede dar lugar a abusos cuando el productor es monopolista.
Por el otro, sí hay algunos productos en los que la escasez aumenta el valor y, por ende, puede permitir que se aumente el precio; por ejemplo, los diamantes. Si todas las señoras humildes de la villa 21 tuvieran uno de 5 quilates, difícilmente a la señora paqueta de barrio Norte le interesará tener uno.
La clave está (y creo que aquí está la confusión) en que el precio sube, cuando hay escasez, porque el productor pide más para tratar de ganar lo mismo que venía ganando, no porque la gente, de pronto, sienta que tiene mayor valor. Esto último es una situación de excepción.
Acaparamiento y menor producción.
Bueno, empecemos por menor producción que es más fácil. La menor producción intencional, se da, justamente, en los productos para los que el valor depende de la escasez (sólo después aumenta el precio, cuando los productores notan que el valor ha subido para los compradores). Es el caso de los diamantes: hay una empresa que fabrica diamantes sintéticos que hace justamente eso, fabrica pocos porque sabe que si hubiera demasiados ya nadie querría tener diamantes. Estos productos son varios, pero tienen poco impacto en la economía general, básicamente porque los compradores son ricachones tirando la plata y, por ende, son minoría.
El acaparamiento es un caso distinto porque no hay verdadera escasez, sino que el productor finge que hay escasez para darse una excusa para subir el precio, pero como en realidad sí tiene el producto, siempre puede volver al precio original para recuperar los clientes que momentáneamente pierde. Un ejemplo lo va a poner más claro.
Escasez. El productor vende 1000 Kg de X a $8/kilo y su ganancia son $2/kilo. Gana $2000. De repente hay escasez y sólo tiene 500 Kg. Si quiere seguir ganando $2000 (y seguro que quiere) tiene que poner X a $10/kilo, una subida del 20%. Para la normalidad de los productos, una subida del 20% generará una caída en ventas de un porcentaje superior. Si tiene suerte la caída en ventas será inferior al 50%, venderá los 500 kg y habrá ganado lo mismo, pero si no, le sobrará X en su galpón (o tendrá que bajar el precio le guste o no) y habrá ganado menos.
Acaparamiento. El productor tiene los 1000 Kg, pero dice que tiene 500 y sube el precio un 20%. Si tiene “suerte” (entre comillas, por lo deshonesto), vende los 500 Kg y luego saca a relucir los 500 restantes, pero la gente dispuesta a comprárselo con el aumento ya tiene X y no necesita más, así que debe bajar el precio para que le compren los demás. Si no tiene suerte, no le compra nadie y debe bajar el precio hasta conseguir vender. De todas formas, alguna ganancia extra logra, a menos que todos sus compradores estén sólo dispuestos a pagar 10 y ni un centavo más.
Con la escasez, el productor gana igual (con suerte) o menos; con el acaparamiento gana igual (con mala suerte) o más. La escasez verdadera daña al vendedor (o, por lo menos, le hace ganar menos que antes); el acaparamiento lo beneficia, pero requiere que sea monopolista (o ponerse de acuerdo con todos los productores), en muchos lados el acaparamiento es ilegal y corrés el riesgo de perder imagen frente a tus compradores.
Cualquier cosa, repreguntá.
Sigue en otro post.
Suerte.