Re: Control de natalidad como método de control del crecimiento demográfico
Puede que hoy sea más barato adoptar(aunque lamentablemente no más fácil), pero en un futuro se podrán tener hijos incluso de dos padres por lo que hay que pensar en cosas más generales.
*¿Una de las claves no sería, que por pareja y estrato social, sea más equitativo el numero de nacimientos?
Ponerle un tope de 4 hijos (ej.), esto haría que los nacidos sean mejor contenidos, controlados, educados y alimentados por parte de la pareja. Si se pasa de ese tope deberá pagar una multa o darlo en adopción en el caso de que no quiera abortar (esto a elección). Tal vez daría un promedio de 2.x hijos por pareja, un crecimiento controlable.
Lo importante es que los niños sean contenidos y controlados por los padres generando chicos —incluso en estratos sociales bajos— con mayor independencia y con objetivos y planes propios a partir de salir de la niñés (hay chicos que tienen que cuidar de sus hermanos). Esto daría una base más sólida sin tanto hacinamiento teniendo la posiilidad de diseñar la urbe de mejor manera disminuyendo la inseguridad y la falta de oportunidades (La falta de oportunidades laborales se da, no por numeros ya que son proporcionales, sino por una mala planificación de la ciudad donde hay mucha gente amontonada que están lejos de fábricas y escuelas).
Convivencia con mucha gente.
Uno de los problemas de la ciudad es que no se conocen unos a los otros haciendo que la persona desconfié y descuide del otro (no le importa si no están en riesgo sus intereses). A esto se le suma el estimulo individualista del mercado competitivo (literal y subjetivo) y genera egoismo, desinterés por lo público, miedo lógico por los desconocidos (como hacerse amigo de un barrio donde hay cientos de familias), prejuicio y desconfianza. La persona está a la defensiva.
Comunidades pequeñas ¿más control y mejor vida?
Distinto un pueblo donde todos se conocen (incluso entre estrato sociales diferentes), donde te sentís a prueba constantemente, observado, y los valores morales son el mediador (genera una moral colectiva, no individual), uno se cuida de hacer ciertas cosas incluso ínfimas como tirarle un papel en la vereda a un vecino. También los favores se dan más fácilmente (el ser humano siempre quiere agradar) si se genera una sinergia de favores donde uno se siente bien al recibirlos y responde de igual manera al mismo pedido. En una ciudad con suerte se conocen con el vecino del mismo piso del depto y es mucho decir; y al pedir un favor lo pensás mil veces ya que no sabes como va a reaccionar o pensar el otro. además la gente se lleva las relaciones hasta la primera fase que es la del ‘caretaje’, nadie es como es realmente a la primera conversación porque tiene que medir al otro. En las cuidades son pocos los lazos que van más allá del la conversación banal o de paso.
En esto radica parte de la dicotomía: la ‘inocencia’ del pueblerino contenido por sus vecinos y la ‘viveza’ necesaria para vivir en una ciudad donde hay que aparentar fortaleza ya que ‘jugamos solos’.
Eso último, entre otros cosas, me hace pensar que una sociedad reducida o mejor repartida (casi la mitad de la población en Argentina está en Buenos Aires) es más beneficiosa en muchas cosas.
Nota: Yo vivo en un lugar donde hace unos años todos a lo largo de tres cuadra, e incluso más allá, se conocían medianamente o en profundidad y todo se sabía (incluso que es lo que le molestaba al otro, esto genera respeto) Hoy hay mucha gente nueva, vecinos que caen por un tiempo y ni saludan o solo hace eso (creció mucho todo alrededor del centro y solo hay comercios pequeños y un par de fabricas como mucho y colegios que se llenan más de la cuenta haciendo más difícil el estudio. También abrieron hace muy poco una universidad pero no alcanza con la gente que hay en F. Varela (es un fuerte Peronista y con esto doy el perfil del lugar). Pobre de los que estudian en esta Univ., si no tenés que ir a La Plata, Capitál, etc. Cuando viejo me voy a vivir a un pueblo, si es que queda uno, a andar en bicicleta, saludar a los vecinos y ¡chau-picho! Es indispensable conocer la gente con la que convivís y de la que podes necesitar.