Re: Antidarwinistas

#31984
saibaba
Miembro

Creo que el topic decayó porque no hay antidarwinistas opinando.

Si no, hubiera estado bastante divertido.

Para que un foro esté vivo es bueno que haya pluralidad de opinión, y simios de todas las especies participando. :P

Ojalá alguno que ande con «dudas» sobre tomar una u otra posición aparezca por acá.

El Darwinismo, con sus modificaciones, es tan sólo la teoría científica vigente.

(Como de costumbre me queda un post largo. Me da lástima borrarle cosas. Disculpas).

Si se embolan, los invito a saltearse el largo post.


El problema con el Darwinismo es el mismo que con cualquier otra teoría científica: casi nadie entiende cómo deben interpretarse las «verdades» científicas.

El científico no puede jamás afirmar que una verdad es «absoluta»,

sino que se contenta con «hipótesis de trabajo provisorias».

Esas hipótesis son «teorías» basadas en «hechos comprobados y comprobables», en principio, y comprobables por cualquiera, no sólo por el científico que la sostiene.

A quienes les molestan los «dichos» de los científicos, no entienden ese punto crucial: si ellos mismos se pusieran a hacer el experimento, les daría los mismos resultados que a cualquier científico. La única diferencia es que al científico le dan «ganas» de ponerse a investigar el asunto, y por eso está ahí y le pagan.

No es un «capricho» de los científicos decir tales o cuales cosas.

Son los hechos crudos de la realidad los que hablan a través de los científicos.

Y suerte tenemos de tener gente inteligente que desentraña estas cosas.

Y además, así como en un juicio un juez no puede especular sobre los huecos en la evidencia presentada, y usar dichas especulaciones para decir si alguien es culpable o inocente, tampoco el científico puede especular más allá de lo que las evidencias mismas muestran. Se limita a afirmar lo que es «realmente muy plausible» según las evidencias presentes, y descarta además opciones «claramente implausibles». Se supone que ir más allá de esto es una actitud no-profesional de la ciencia.

* Criminales salen libres por esta actitud en un juicio, pero quién puede negar que es lo más justo. En la ciencia es lo mismo.


En promedio, los científicos se portan bastante bien, y por suerte la ciencia no depende de «un» solo individuo.

Si un ejército de desconfiados, críticos y rompepelotas del detalle, dispuestos a criticarse unos con otros fríamente, terminan estando básicamente de acuerdo, ¿no es esto indicio de la confiabilidad, honestidad y solidez del saber científico?

Lugar al error lo hay siempre, aún bajo estas exigentes condiciones.

Pero hay que aguantarse esa posibilidad, pues no se puede hacer más desde la honestidad intelectual. Ir más allá es empezar a mentir.


Una teoría científica ha de ser algo que represente las evidencias halladas sin exceso de suposiciones, sólo lo mínimo necesario, y que sirva para predecir futuros resultados.

Es una cuestión de «honestidad», de un trato respetuoso por la verdad.

Nunca entendí cómo seres fervientemente religiosos dicen cosas como ésta: «Dios es sinónimo de la verdad absoluta, es la verdad misma, a nivel perfecto absoluto y en grado supremo».

Y al mismo tiempo reniegan de los descubrimientos científicos, que son «verdades evidentes, comprobables, que constan en los hechos».

¿No es acaso «decir la verdad» lo mismo que «afirmar sólo aquello que está en los hechos«?

¿No es «mentir» equivalente a «negar los hechos«?

¿Cómo se puede, pues, ser anticientífico?

¿Es posible que los científicos se vendan los ojos para no ver a propósito ciertas posibilidades, o que ponen su ateísmo sistemáticamente en su trabajo y teorías, que sólo se divierten haciendo la contraria a la religión?

Bueno, si quieren, hasta podemos conceder que hay científicos con actitudes así, impropias.

Mas, aún así, la ciencia, como «producto social» no es víctima de esas actitudes personales que pudieran haber. Quizá haya casos de deshonestidad manifiesta, o estupidez, pero en cuestiones importantes, como el origen del Universo, o el de las especies, o de la especie humana, no es dable sospechar así.

Se trata de asuntos importantes abordados con suma seriedad, justamente porque a todos nos importan.

Pensar que hay mala fe en esto equivale a decir que todos los científicos son deshonestos, ciegos, caprichosos, o manipulados por otros científicos más prestigiosos, etc.

Una paranoia ridícula y sin fundamento.


En los hechos está (una gran parte) de la «Verdad», esa misma que se supone que es sinónima perfecta del Dios perfecto.

Y si una verdad «no está en los hechos», entonces sencillamente no es comprobable, y a la ciencia ni siquiera le concierne.

Un científico no puede afirmar nada al respecto. Salvo, claro, algo como: «no hay evidencias de que un ser inteligente haya querido poner un gen acá o allá», así como tampoco hay evidencias de que un tortugón gigante portador del Universo haya decidido que la ley de gravedad se cumpla en todos los casos.



Cuando decimos que «los cambios genéticos se producen por pura azar«, quiere decir, básicamente, que «la probabilidad de que se produzca el cambio genético A en relación al no-cambio, es del 50% tanto a favor y en contra«. (Esto, grosso modo, lo aclaro para que no se armen quilombos…)

También quiere decir que, de haber causas concretas para que se prefiera el cambio de un gen al no-cambio de ese mismo gen «bien específico», dichas causas no se conocen aún.

¿Permite esto a alguien afirmar que las causas «desconocidas» por la ciencia están tramadas en el misterioso designio de Dios?

Ya que hay gente que opina así (las he tenido que oír): si la ciencia no explica cierto porcentaje, es que no puede, porque ahí está Dios y su inescrutable voluntad.

Pero esta forma de pensar no funciona, porque lo que hoy la ciencia no sabe, mañana quizá sí.

Con este tema en concreto, se sabe que las partículas (rayos cósmicos si no me equivoco) que continuamente provienen del espacio, emanadas por las innumerables estrellas de todas partes, logran atravesar la materia en un cierto porcentaje, y en particular el tejido vivo,

y que son ellas las responsables de gran parte de las mutaciones genéticas.

(Al menos eso dijo Carl Sagan y le creí…) :P

En la época de Darwin esto no se sabía, se supo después.

Muy prudente ha sido Darwin en no atribuir causa alguna a las mutaciones genéticas,

ya que si hubiera dicho que Dios elegía cada gen que le gustaba o no, se hubiera equivocado.

Hoy sabemos que las estrellas emanan partículas por trillones, todo el tiempo, y son lo que mutan nuestros genes.

Ahora el lenguaje del «azar» cambia un poco.

Se sabe ahora la «causa» de las mutaciones genéticas, pero siguen siendo por «azar», porque no nos es tecnológicamente posible tener registro de todas las trillones y trillones de partículas que provienen del espacio, ni cuándo llegarán ni a dónde.

Esta carencia de «control» sobre los hechos, se refleja en un tratamiento estadístico por parte de los científicos (se conforman con lo que pueden manejar: muestras, promedios), y entonces el azar aparece ahora de este otro modo en las «teorías».

Una cosa importante es que, aunque no se dice todo el tiempo, el científico claramente reconoce que «no le queda otra» que usar lenguaje estadístico, y sabe bien por qué lo hace en cada caso.

No es que elige el «azar» por capricho, o como una forma de «vendarse los ojos a propósito para no ver la verdad».

Ya quisiera un científico tener la forma de trazar con precisión la trayectoria de cada partícula del Universo. No lo hacen porque «no pueden» y no porque «no quieren».

Hablar de azar es lo más honesto que queda, en ese caso.

¿Quién se toma el trabajo de explicar cómo funciona el azar para un científico?

¿Cuántos malentendidos vienen por estas nimiedades?

¿Cuántos libros de ateísmo se escriben?

Hay más que decir sobre el azar y probabilidades en ciencia, pero ya bastante plomo es todo esto.


Decir que «un Dios creó la vida», no sirve para explicar nada, porque ¿cómo la creó, por qué, y bajo qué condiciones la va a seguir creando, y cómo decide Él si una especie permanece o se extingue, y por qué la información genética de los simios y los humanos se parece tanto (98 o más), y cómo es que hay mamíferos en el mar (ballenas)?

Para cada una de esas preguntas hay que inventarse una nueva explicación, porque la «hipótesis de Dios» no fue suficiente, ya que Dios actúa como un comodín en el discurso de quien lo usa para «razonar».

Si querés supongamos que hay un Dios y que es sagrado. ¿Quiere decir eso que cada vez que nombres a Dios yo tengo que sentir temor, y creerme tus argumentos?

Usás a «Dios» para darle autoridad a las afirmaciones de vos mismo.

Esto es muy contrario a los preceptos judeocristianos, pues está escrito: «No usarás el nombre de Dios en vano«.

O sea, es una actitud no sólo anticientífica sino antirreligiosa también.

(En todo esto me estoy imaginando un posible debate de ateos con creyentes, como los que se ven en Youtube, muchas veces infructuosos).


Las teorías (científicas) vigentes son mejorables, perfectibles, y hasta refutables, si es que aparecen evidencias que obligan a cuestionarlo todo.

También podemos discutir si esta «imagen» ideal que tenemos del trabajo científico (valientes buscadores de la verdad dispuestos a reconocer sus equívocos en las teorías científicas) es realmente cierta, o es acaso un «chamuyo» que los científicos creen de sí mismos y su actividad.

Hay epistemólogos que la han cuestionado, y a mí me gusta la exposición de Thomas Kuhn al respecto. Básicamente dice que la ciencia es una actividad social, y que las teorías científicas no se caen cuando aparece evidencia que las refutan (lo ideal), sino recién cuando se entra en algún tipo de crisis interna. O sea, cuando el paradigma imperante ya hace agua por todos lados.

Esta diferencia sutil entre lo que la cienca realmente es y lo que cree ser, ha de ser tenida en cuenta, porque si bien dentro de la misma ciencia no es más que una anécdota, cuando hay que confrontar la verdad científica con otras, ¿cómo asegurar que estamos justificando bien todo?.


FIN DE POST!!!!!!!!!!!!!!!!

:mrgreen: