Re: ¿Qué pseudociencia o charlatanería te molesta más?

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saibaba
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Estuve leyendo el libro de Interpretación de los Sueños de Freud, y cuenta casos de tipos que sueñan con fantasmas, y él lo explica como un recuerdo de la niñez, en que algunas nodrizas vestidas con pijamas o cubiertas con sábanas han llevado al niño a su cama para dormir.

Otra cosa que noto es que todo el mundo que conozco ve fantasmas menos yo.

Todos van a la curandera y les dice «la posta», pero cuando yo he ido (porque me arrastraron) a un par de videntes, no me ha dicho nada.

Todos van al cura sanador de Rosario y les dice justo lo que tienen, y les hace el milagro y todo. Una vez fui, porque me invitaron y de paso quería sacarme la duda.

El cura se me acercó al oído y me dijo esto: «BBsshrrrshsh».

Después unos jóvenes se me acercaron y me tradujeron eso, que significa algo así: «tenés que comer acelga y tomar agua bendita un mes».

El agua bendita la sacaban de un tanque que estaba bendecido.

O sea, el tipo bendijo el tanque o la canilla, yo qué sé, y dijo «saquen de ahí y dejen de hinchar las pelotas, qué me voy a poner a bendecir cada tacita con agua».

Después están los horóscopos. Me bajé un programa para hacer el cálculo exacto de mi carta natal, averigüé los datos exactos de hora y lugar de mi nacimiento, hice un poco de «rectificación» (aunque nunca podés saber si tal cosa está bien hecha), y cuando hice evolucionar la carta a lo largo de los años… ví que los hechos más importantes de mi vida no coincidían con ninguna configuración astral especial ni clara, ni con ángulos en las casas, ni nada.

(Ah, y encima te dicen que si te pasa eso es que la carta no está bien rectificada, pero vaya uno a saber cómo rectificarla bien, y es lo mismo que morderse la cola).

Le pregunto al I Ching: «¿Qué tengo que hacer para resolver tal cuestión de trabajo?», a lo cual responde: «No hacer nada, quedarse quieto como una montaña». Justamente el problema es que estoy estancado en algo, entonces no veo cómo más «estancamiento» pueda resolverme la cuestión.

Durante veinte años le anduve rezando a dioses y santos, y al repedo.

Todo el mundo conforme con su diosito y su virgencita, pero para mí fue como hablarle al aire. Llegué a sentirme tan ridículo hablando con «el aire» que mi abandono de la religión fue automático, cosa de un día para otro.

Hay gente que por lo menos tiene la suerte de que «de vez en cuando la pega o más o menos pareciera que le pega en algo», y entonces por lo menos se pueden dar el lujo de practicar el «sesgo de confirmación».

Pero yo ni eso.

¿No estaré engualichado? ¿Y encima con un gualicho mal hecho que ni siquiera funciona?

¿O no estaré usando el sesgo de confirmación para justamente justificar que nada sobrenatural es cierto? ¿No estaré negando que hay algo «más allá» sólo por el capricho de no querer creer en nada?

Dejo esas preguntas colgadas, porque me he dado cuenta que todo esto cada vez me importa menos y menos.

A lo sumo estoy resentido con el tiempo que la gente me ha hecho perder con todas esas cosas. Es pues, un problema de índole personal.

Porque uno puede creer o dejar de creer en lo que quiera, ¿pero qué pasa con la gente que tenés al lado, y que tenés que aguantarle las cositas a las que se aferra, y que encima te miran feo y te critican si vos no las compartís?

El problema de las creencias es un problema social, porque se trata de «influenciar con estupideces, los unos contra los otros», y para mí es bastante claro que «infundir creencias» es un intento subrepticio de intentar controlar a los demás.